19/04/2016, 23:43
La noche se había abalanzado sobre la pequeña ciudad donde se encontraba como una leona se lanzaba sobre una indefensa gacela, con la brusquedad más salvaje que se pueda encontrar en la madre naturaleza. Aunque el vandalismo y la violencia que suele acompañar la falta de luz habían sido completamente erradicados por la autoridad e intimidación que desprendían las fuerzas especiales shinobi solo con su presencia, la inmundicia arraigada en la parte más oscura de aquella sociedad no había desaparecido.
En los callejones más oscuros y en los barrios más bajos del lugar seguían encontrándose las mismas prostitutas, los mismos borrachos y otros tipos de malas influencias que podían subdividirse en cientos de ramas diferentes. El Uchiha ya había tenido una dosis de aquello y prefería no repetirlo. Hacia buen tiempo y más por la noche cuando corría una brisa indescriptible, Eri ya se había ido a dormir y él tenia hambre.
Así fue como acabo en la terraza de un restaurante de esos que tienes tu mismo la parrilla en la mesa y te haces la carne como quieras. Lo había encontrado hacia pocos días y había sido amor a primera olida. Por suerte, o por ingenio del dueño, era una terraza cubierta, así que aunque lloviera se podía estar ahí perfectamente. Ya había acabado de cenar y se disponía a volver a su hotel cuando vio algo que le alarmó.
Un borracho estaba asustando a los contados viandantes con los que se cruzaba. Desde el otro lado de la calle, que era donde se encontraba Nabi, pudo distinguir que llevaba un hilo de sangre colgando de la barbilla y le cruzaba parte de la cara, pero parecía darle igual que goteara. Iba dando tumbos sin apenas prestar atención a donde pisaba. Otro borracho se encontraba tirado en el suelo con una botella de alcohol en una mano, con tan mala suerte que cuando paso el otro le piso la mano que tenia libre. A diferencia de los improperios que se esperaba el rubio, el que estaba en el suelo se levantó y le reventó la botella, ya vacía, en la cabeza.
Acto seguido se giró como si nada y se fue en dirección contraria.
— Ahora a robar más priva.
Nabi observaba atento la escena desde lejos mientras se acercaba lentamente sin llamar demasiado la atención, tapado con una larga túnica de viaje oscura. Habría jurado ver una bandana en el cuello del que acababa de recibir el botellazo, solo estaba esperando por si tenia que interceder para detener a un shinobi, si solo era un borracho más, los dejaría en paz.
En los callejones más oscuros y en los barrios más bajos del lugar seguían encontrándose las mismas prostitutas, los mismos borrachos y otros tipos de malas influencias que podían subdividirse en cientos de ramas diferentes. El Uchiha ya había tenido una dosis de aquello y prefería no repetirlo. Hacia buen tiempo y más por la noche cuando corría una brisa indescriptible, Eri ya se había ido a dormir y él tenia hambre.
Así fue como acabo en la terraza de un restaurante de esos que tienes tu mismo la parrilla en la mesa y te haces la carne como quieras. Lo había encontrado hacia pocos días y había sido amor a primera olida. Por suerte, o por ingenio del dueño, era una terraza cubierta, así que aunque lloviera se podía estar ahí perfectamente. Ya había acabado de cenar y se disponía a volver a su hotel cuando vio algo que le alarmó.
Un borracho estaba asustando a los contados viandantes con los que se cruzaba. Desde el otro lado de la calle, que era donde se encontraba Nabi, pudo distinguir que llevaba un hilo de sangre colgando de la barbilla y le cruzaba parte de la cara, pero parecía darle igual que goteara. Iba dando tumbos sin apenas prestar atención a donde pisaba. Otro borracho se encontraba tirado en el suelo con una botella de alcohol en una mano, con tan mala suerte que cuando paso el otro le piso la mano que tenia libre. A diferencia de los improperios que se esperaba el rubio, el que estaba en el suelo se levantó y le reventó la botella, ya vacía, en la cabeza.
Acto seguido se giró como si nada y se fue en dirección contraria.
— Ahora a robar más priva.
Nabi observaba atento la escena desde lejos mientras se acercaba lentamente sin llamar demasiado la atención, tapado con una larga túnica de viaje oscura. Habría jurado ver una bandana en el cuello del que acababa de recibir el botellazo, solo estaba esperando por si tenia que interceder para detener a un shinobi, si solo era un borracho más, los dejaría en paz.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)