20/04/2016, 01:51
No se preocupó en lo más mínimo por el calvo, simplemente le cerró la puerta en la cara y se devolvió a la cama donde le esperaba "su Uchiha", oculto debajo de las sábanas donde quién sabe qué podría llegar a pasar.
La chica no tardó ni un segundo en quitarse las pocas prendas que le molestarían para dormir y acurrucarse lo más próxima al chico, inclusive intentó atraparle suponiendo que le estaba dando la espalda pero la sorpresa fue grande cuando alcanzó tan solo un brazo. ~No te creo que duermas así… ~Pensaba haciendo pucheros la rubia que de momento prefirió mantenerse así.
El chico apenas si le había respondido dejándole en claro que opinaban igual, y claro, si él era al que más afectó aquella interrupción… Pero el menor no parecía ser tan inocente que digamos y ello le dibujó una sonrisa pícara a la kunoichi.
—Un beso ¿Eh...? —Dijo coqueta en lo que le soltaba el brazo al chico, solamente para apoyar una mano justo del lado contrario del Uchiha como si pretendiese atraparlo y tal cual, la rubia levantó el torso por encima de su acompañante quedando así cara a cara, aunque las caderas de ambos permanecían separadas por lo que ella al menos no se percató del pequeño "volcán" ahí debajo.
Antes de hacer nada, Noemi se mantuvo un corto instante contemplándole según la luz le permitía, deseando ver la cara del chico incluído el color de su rostro pero le resultaba imposible así que simplemente lo hizo. Dejó caer suavemente el peso de su cuerpo sobre el otro, aplastándole su busto sin pudor alguno y la distancia que separaba el rostro de ambos simplemente se esfumó. Los labios de los dos entes finalmente hicieron contacto en un corto pero cálido beso lleno de ternura… Podría haberle hecho algo más, si, pero la edad la estaba limitando demasiado.
Tras el pequeño beso que le dedicó, la kunoichi soltó una risita coqueta y luego se reacomodó, depositando su cabeza sobre el pecho del chico y manteniendo prácticamente todo su torso pegado al costado del cuerpo ajeno. —Buenas noches… Dat-su-e… —Le dijo manteniendo el tono que había estado utilizando hasta ahora.
Finalizado esto, por lo menos Noemi se quedaría echada así hasta dormirse, no iba a hacer más nada a sabiendas que el chico apenas si tenía unos catorce años… Por lo menos eso era lo que él le había dicho la primera vez que se vieron.
La chica no tardó ni un segundo en quitarse las pocas prendas que le molestarían para dormir y acurrucarse lo más próxima al chico, inclusive intentó atraparle suponiendo que le estaba dando la espalda pero la sorpresa fue grande cuando alcanzó tan solo un brazo. ~No te creo que duermas así… ~Pensaba haciendo pucheros la rubia que de momento prefirió mantenerse así.
El chico apenas si le había respondido dejándole en claro que opinaban igual, y claro, si él era al que más afectó aquella interrupción… Pero el menor no parecía ser tan inocente que digamos y ello le dibujó una sonrisa pícara a la kunoichi.
—Un beso ¿Eh...? —Dijo coqueta en lo que le soltaba el brazo al chico, solamente para apoyar una mano justo del lado contrario del Uchiha como si pretendiese atraparlo y tal cual, la rubia levantó el torso por encima de su acompañante quedando así cara a cara, aunque las caderas de ambos permanecían separadas por lo que ella al menos no se percató del pequeño "volcán" ahí debajo.
Antes de hacer nada, Noemi se mantuvo un corto instante contemplándole según la luz le permitía, deseando ver la cara del chico incluído el color de su rostro pero le resultaba imposible así que simplemente lo hizo. Dejó caer suavemente el peso de su cuerpo sobre el otro, aplastándole su busto sin pudor alguno y la distancia que separaba el rostro de ambos simplemente se esfumó. Los labios de los dos entes finalmente hicieron contacto en un corto pero cálido beso lleno de ternura… Podría haberle hecho algo más, si, pero la edad la estaba limitando demasiado.
Tras el pequeño beso que le dedicó, la kunoichi soltó una risita coqueta y luego se reacomodó, depositando su cabeza sobre el pecho del chico y manteniendo prácticamente todo su torso pegado al costado del cuerpo ajeno. —Buenas noches… Dat-su-e… —Le dijo manteniendo el tono que había estado utilizando hasta ahora.
Finalizado esto, por lo menos Noemi se quedaría echada así hasta dormirse, no iba a hacer más nada a sabiendas que el chico apenas si tenía unos catorce años… Por lo menos eso era lo que él le había dicho la primera vez que se vieron.