21/04/2016, 18:57
La kunoichi se reservó el derecho de contestar al chico sin cabellera, de hecho, ya le había respondido hacía no demasiado a esa misma cuestión en sí. No era por no repetirse, mas que nada quería evitar rondar de nuevo el anterior encontronazo, con uno había sido suficiente. Katomi no era persona de llevarse mal con el resto, pero éste tipo tenía una facilidad increíble para hacerla salir de sus casillas. Mejor no tentar.
Avanzaban por la calle, y el fúnebre silencio no tardaría demasiado en desaparecer. La chica ya había dado su opinión de que comida sobraba en la ciudad, y así mismo lo confirmó su compañero. Aunque no esperaba que fuese tan rápido de vista, quizás demasiado. Había avistado un cartel en la lejanía, rojo como el fuego de un dragón, y se había lanzado a confirmar que era un sitio donde comprar comida, arrojándose con una pregunta. Lo que él no sabía quizás, era que esa tienda también la había visto alguna vez mas la chica... y era una tienda de comida, pero de comida picante.
—¿Allí...? ¿Te gusta la comida picante entonces?
No conocía de nada al calvo, pero a lo mejor era de gustos exóticos y picantes, a saber. Otra opción es que ni supiese de qué tipo de tienda se trataba, de ahí que la chica le preguntase. Siempre se ha dicho; es mejor prevenir que lamentar.
Avanzaban por la calle, y el fúnebre silencio no tardaría demasiado en desaparecer. La chica ya había dado su opinión de que comida sobraba en la ciudad, y así mismo lo confirmó su compañero. Aunque no esperaba que fuese tan rápido de vista, quizás demasiado. Había avistado un cartel en la lejanía, rojo como el fuego de un dragón, y se había lanzado a confirmar que era un sitio donde comprar comida, arrojándose con una pregunta. Lo que él no sabía quizás, era que esa tienda también la había visto alguna vez mas la chica... y era una tienda de comida, pero de comida picante.
—¿Allí...? ¿Te gusta la comida picante entonces?
No conocía de nada al calvo, pero a lo mejor era de gustos exóticos y picantes, a saber. Otra opción es que ni supiese de qué tipo de tienda se trataba, de ahí que la chica le preguntase. Siempre se ha dicho; es mejor prevenir que lamentar.