21/04/2016, 19:56
El anciano notó que el chico no terminaba de entender que era lo que le había pedido, o al menos el objetivo que tenía aquella extraña petición
— Supongo que sí... Pero... ¿Para qué quiero dar golpes que no sean fuertes? Quiero decir, ¿se trata de dañar al rival, no?—
El viejo se atusó la barba mientras sonreía ante las dudas de su improvisado pupilo
—¿Así que crees que la fuerza de un golpe se mide por su impacto?— preguntó el anciano mientras arqueaba la ceja un tanto incrédulo. Al parecer las artes marciales ya no se enseñaban como antaño
Mitsuki dio otro largo sorbo a su té, para ella aquello era algo básico puesto que su esa filosofía estaba implícita en el Juken. No por nada se conocía a su estilo de lucha como "Puño suave", el cual tenía muchos paralelismos con el kung fu del anciano que se basaba en la precisión y la velocidad para ser letal, dejando la fuerza como algo importante pero secundario. Un buen luchador de esos estilos de lucha no desprecia la fuerza, pero no correrá el riesgo de que la pureza de su técnica se pierda por buscar la fuerza bruta.
Sin embargo, Riko era la antítesis de del filosofía del maestro. El joven buscaba maximizar el impacto y velocidad a costa de le técnica. Sin lugar a dudas, podía llegar a ser un estilo temible igualmente pero no exento de riesgos. Entregarse a un ataque sin fin generaba multitud de aperturas que un rival podría aprovechar.
—Un buen luchador siempre mantiene el control sobre sus puños, él elige cuando y donde golpean. Lanzar contra un tronco inmóvil mil golpes es fácil, contra un adversario que se mueve no tanto. En cada golpe puede estar la victoria o la derrota— expuso el Sr Cheng sin perder la sonrisa —Eres bueno lanzando golpes, pero no preciso y eso que tú rival esta quieto. Un golpe con demasiada fuerza puede dar la victoria sí, pero es más probable que de la derrota. Si pierdes el control sobre su mano, pierdes capacidad de reacción y generas una apertura—
El anciano hacia gala de su buena fama, sin lugar a dudas era un tipo que sabía lo que decía en su campo. Quizás para el estilo del chico fuesen palabras demasiado conservadoras, pero para alguien como Mitsuki tenían mucho sentido
— Supongo que sí... Pero... ¿Para qué quiero dar golpes que no sean fuertes? Quiero decir, ¿se trata de dañar al rival, no?—
El viejo se atusó la barba mientras sonreía ante las dudas de su improvisado pupilo
—¿Así que crees que la fuerza de un golpe se mide por su impacto?— preguntó el anciano mientras arqueaba la ceja un tanto incrédulo. Al parecer las artes marciales ya no se enseñaban como antaño
Mitsuki dio otro largo sorbo a su té, para ella aquello era algo básico puesto que su esa filosofía estaba implícita en el Juken. No por nada se conocía a su estilo de lucha como "Puño suave", el cual tenía muchos paralelismos con el kung fu del anciano que se basaba en la precisión y la velocidad para ser letal, dejando la fuerza como algo importante pero secundario. Un buen luchador de esos estilos de lucha no desprecia la fuerza, pero no correrá el riesgo de que la pureza de su técnica se pierda por buscar la fuerza bruta.
Sin embargo, Riko era la antítesis de del filosofía del maestro. El joven buscaba maximizar el impacto y velocidad a costa de le técnica. Sin lugar a dudas, podía llegar a ser un estilo temible igualmente pero no exento de riesgos. Entregarse a un ataque sin fin generaba multitud de aperturas que un rival podría aprovechar.
—Un buen luchador siempre mantiene el control sobre sus puños, él elige cuando y donde golpean. Lanzar contra un tronco inmóvil mil golpes es fácil, contra un adversario que se mueve no tanto. En cada golpe puede estar la victoria o la derrota— expuso el Sr Cheng sin perder la sonrisa —Eres bueno lanzando golpes, pero no preciso y eso que tú rival esta quieto. Un golpe con demasiada fuerza puede dar la victoria sí, pero es más probable que de la derrota. Si pierdes el control sobre su mano, pierdes capacidad de reacción y generas una apertura—
El anciano hacia gala de su buena fama, sin lugar a dudas era un tipo que sabía lo que decía en su campo. Quizás para el estilo del chico fuesen palabras demasiado conservadoras, pero para alguien como Mitsuki tenían mucho sentido