21/04/2016, 22:17
— Sería estupendo Katsue-san —dijo Naomi, con el mismo tono cordial.—. Hay ocasiones en que mi señor necesita un poco de disciplina, como cuando le gustaba jugar con su cabello y hacerse coletas de niña, también hace uno o dos años, o como cuando se le ocurre pensar que tiene las suficiente habilidades para escapar de mi vigilancia.
Si no fuera por el dolor, quizás Juro habría sonreído incluso. Por alguna razón, Naomi había decidido poner a Kazuma a su mismo nivel en vez de dejar que su hermana le humillase más. ¿Por venganza? ¿Por compasión? No lo supo, y no quiso saberlo. Estaba bien así.
Antes de que Katsue pudiese avanzar aun más en su atrevimiento, Kazuma se adelantó, cortando por lo sano. O lo enfermo, en este caso.
— Bueno… Aparte de todo lo relacionado con vergüenza y disciplina —dijo Kazuma—. Cuéntame Juro ¿Qué lesiones te trajeron a este sitio y como te recuperas de las mismas?
La duda se reflejó en los ojos de Juro, al escuchar a Kazuma preguntarle por eso. Podía preguntarle cuando tiempo le echaban, sí, pero… ¿Qué lesiones tenía? O estaba sacando la pregunta de contexto, o Kazuma no tenía ni idea de lo que le había pasado.
— Bueno, la mayoría eran heridas superficiales, algún moratón por aquí por el agua a presión, los cortes de los hilos y las pequeñas heridas en mis tobillos por los shurikens… — empezó a relatar, recordando lo sucedido — Lo peor fue el golpe en el pecho, es lo que no tengo aun curado del todo, pero casi. Pero en menos de un día ya estaré como nuevo.
— El medico te dijo que dos días como mínimo para poder volver a hacer esfuerzos — le recordó Katsue, sentada sobre la cama de Juro, ya sin hacerle daño — Fue un buen golpe.
— Si si, eso — respondió, sin darle mucha importancia — No son tan graves. ¿Cómo estás tú? Te veo mejor que la semana anterior..
Lo cierto era que se había impresionado al ver a Kazuma nuevamente en silla de ruedas. Quizás había esperado que ya estuviera recuperado. Desde luego, no esperaba estar tan mal.
Agradeció silenciosamente no haberse llevado un golpe como el suyo, según contaban por ahí.
Si no fuera por el dolor, quizás Juro habría sonreído incluso. Por alguna razón, Naomi había decidido poner a Kazuma a su mismo nivel en vez de dejar que su hermana le humillase más. ¿Por venganza? ¿Por compasión? No lo supo, y no quiso saberlo. Estaba bien así.
Antes de que Katsue pudiese avanzar aun más en su atrevimiento, Kazuma se adelantó, cortando por lo sano. O lo enfermo, en este caso.
— Bueno… Aparte de todo lo relacionado con vergüenza y disciplina —dijo Kazuma—. Cuéntame Juro ¿Qué lesiones te trajeron a este sitio y como te recuperas de las mismas?
La duda se reflejó en los ojos de Juro, al escuchar a Kazuma preguntarle por eso. Podía preguntarle cuando tiempo le echaban, sí, pero… ¿Qué lesiones tenía? O estaba sacando la pregunta de contexto, o Kazuma no tenía ni idea de lo que le había pasado.
— Bueno, la mayoría eran heridas superficiales, algún moratón por aquí por el agua a presión, los cortes de los hilos y las pequeñas heridas en mis tobillos por los shurikens… — empezó a relatar, recordando lo sucedido — Lo peor fue el golpe en el pecho, es lo que no tengo aun curado del todo, pero casi. Pero en menos de un día ya estaré como nuevo.
— El medico te dijo que dos días como mínimo para poder volver a hacer esfuerzos — le recordó Katsue, sentada sobre la cama de Juro, ya sin hacerle daño — Fue un buen golpe.
— Si si, eso — respondió, sin darle mucha importancia — No son tan graves. ¿Cómo estás tú? Te veo mejor que la semana anterior..
Lo cierto era que se había impresionado al ver a Kazuma nuevamente en silla de ruedas. Quizás había esperado que ya estuviera recuperado. Desde luego, no esperaba estar tan mal.
Agradeció silenciosamente no haberse llevado un golpe como el suyo, según contaban por ahí.