25/04/2016, 23:18
Lejos de parecer enfadado porque la chica hubiese tardado tanto, Len parecía mas bien nervioso por alguna extraña razón. Tartamudeo en el saludo de re-bienvenida, y se veía mas tieso que un koala en una fiesta harto de speed. Cuando intentó indicar hacia donde ir, de nuevo se hizo mas que apreciable su intenso nerviosismo. No terminó tan siquiera una sola frase, era incapaz de decir nada con sentido.
« ¿Qué le pasa a éste ahora...? »
Sin embargo, la chica no se lo tomó para nada a mal. Quizás los nervios le estaban jugando una mala pasada, quizás se había encontrado con alguna ex-novia o algo en el tiempo que ella había vuelto de la ducha... a saber.
—Si, está bien el primer sitio que dijiste.— Confirmó alzando la mano en dirección a la salida.
No había sido capaz de tomar una directriz, puesto que el chico no había dicho el lugar, obviamente iba a ir donde se le antojase. No por nada en especial, si no porque así al menos ella estaría relajada en un sitio conocido, al menos así uno de los dos estaría relajado y capaz de sostener la situación. No era una mala idea.
—La verdad es que en la venta de Tori-tori se come genial, ¿has ido muchas veces por allí?
Conforme iba hablando, no cesaba en su caminar. Entonaba un paso suficientemente lento como para que el chico la siguiese a su vera, intentando no parecer ajena y tosca. Quizás en algún momento se arrepintiese, pero en cualquier caso, absolutamente todo es buen combustible para una buena llamarada.
¿A qué iba a temer?
« ¿Qué le pasa a éste ahora...? »
Sin embargo, la chica no se lo tomó para nada a mal. Quizás los nervios le estaban jugando una mala pasada, quizás se había encontrado con alguna ex-novia o algo en el tiempo que ella había vuelto de la ducha... a saber.
—Si, está bien el primer sitio que dijiste.— Confirmó alzando la mano en dirección a la salida.
No había sido capaz de tomar una directriz, puesto que el chico no había dicho el lugar, obviamente iba a ir donde se le antojase. No por nada en especial, si no porque así al menos ella estaría relajada en un sitio conocido, al menos así uno de los dos estaría relajado y capaz de sostener la situación. No era una mala idea.
—La verdad es que en la venta de Tori-tori se come genial, ¿has ido muchas veces por allí?
Conforme iba hablando, no cesaba en su caminar. Entonaba un paso suficientemente lento como para que el chico la siguiese a su vera, intentando no parecer ajena y tosca. Quizás en algún momento se arrepintiese, pero en cualquier caso, absolutamente todo es buen combustible para una buena llamarada.
¿A qué iba a temer?