26/04/2016, 19:46
Al escuchar la petición de la kunoichi tomó apunte en su libreta y se tomó un segundo o dos en resaltar con una linea la parte de no ponerle tanta sal.
Un número 12 para la bella joven, con poca sal. ¡Todo perfecto entonces, volveré en un momento con sus pedidos!
Mientras decía sus palabras la kunoichi juntó la carta para facilitarle un poco el trabajo, al ver eso el shinobi hizo lo mismo haciendo una pequeña reverencia con una sonrisa en el rostro. Entonces la mesera tomó ambas cartas para luego marchar hacía la cocina.
¿Mis aspiraciones?
La kunoichi le había hecho una pregunta que le hizo pensar por un par de segundos, no era algo que no había pensado antes pero todavía le faltaba tomar forma a su idea final.
Es una buena pregunta...
Seguía pensando para sus interiores las palabras que quería decir.
En la academia uno escucha a chicos decir que se quieren volverse el siguiente Arashikage o una persona muy conocida y así.
Ciertamente era bueno ver que los jóvenes tenían el entusiasmo de buscar ascender a tal puesto pero a Mogura no le llamaba tanto la atención estar llevando la aldea en los hombros de esa manera.
Quiero ayudar a la gente, siendo shinobi medico fue una de las formas que encontré para lograrlo. Ojala llegue el día en que pueda salvar la vida de una persona a la cual esperan en su hogar o algo similar. Por eso creo que quiero volverme uno de los mejores Iryo-nin de la aldea...
Ayudar a los demás, sonaba bien como una aspiración, encontrarse con un buen doctor en el campo de batalla en el momento justo, podía salvarte la vida. Aunque también había una especie de razón mas personal, mas allá de pensar en los demás también quería hacerlo por él mismo, poder estar para las personas que fuesen importante para él, siendo una persona que fue abandonada por ambos progenitores y acobijada por una pareja de ancianos que tranquilamente se podrían haber desentendido de él sentía eso en su interior, el querer reproducir esas acciones.
¿Qué hay de ti, Kato-chan? ¿Cuáles son tus aspiraciones como kunoichi?
Interrogó curioso a la muchacha
Un número 12 para la bella joven, con poca sal. ¡Todo perfecto entonces, volveré en un momento con sus pedidos!
Mientras decía sus palabras la kunoichi juntó la carta para facilitarle un poco el trabajo, al ver eso el shinobi hizo lo mismo haciendo una pequeña reverencia con una sonrisa en el rostro. Entonces la mesera tomó ambas cartas para luego marchar hacía la cocina.
¿Mis aspiraciones?
La kunoichi le había hecho una pregunta que le hizo pensar por un par de segundos, no era algo que no había pensado antes pero todavía le faltaba tomar forma a su idea final.
Es una buena pregunta...
Seguía pensando para sus interiores las palabras que quería decir.
En la academia uno escucha a chicos decir que se quieren volverse el siguiente Arashikage o una persona muy conocida y así.
Ciertamente era bueno ver que los jóvenes tenían el entusiasmo de buscar ascender a tal puesto pero a Mogura no le llamaba tanto la atención estar llevando la aldea en los hombros de esa manera.
Quiero ayudar a la gente, siendo shinobi medico fue una de las formas que encontré para lograrlo. Ojala llegue el día en que pueda salvar la vida de una persona a la cual esperan en su hogar o algo similar. Por eso creo que quiero volverme uno de los mejores Iryo-nin de la aldea...
Ayudar a los demás, sonaba bien como una aspiración, encontrarse con un buen doctor en el campo de batalla en el momento justo, podía salvarte la vida. Aunque también había una especie de razón mas personal, mas allá de pensar en los demás también quería hacerlo por él mismo, poder estar para las personas que fuesen importante para él, siendo una persona que fue abandonada por ambos progenitores y acobijada por una pareja de ancianos que tranquilamente se podrían haber desentendido de él sentía eso en su interior, el querer reproducir esas acciones.
¿Qué hay de ti, Kato-chan? ¿Cuáles son tus aspiraciones como kunoichi?
Interrogó curioso a la muchacha