15/05/2015, 00:26
La muchacha escapo desconsolada con lagrimas en los ojos a sabiendas de que no pensaba en morderle el cuello y satisfacer una de sus fantasías. Pero de verdad era necesaria la bofetada? Eso había dolido, y yo no había hecho nada malo. Y considerar que decirle que no a alguien es algo malo, es un poco de niño pijo de uzushiogakure. A esos nunca les dicen que no, y si les dices que no, te empiezan a lanzar billetes cual shurikens ¡Como si pudieras comprarlo todo con dinero!
Volviendo a la escena que me acontecía en aquellos momentos, no pude no posar mi mirada sobre la otra chica que acababa de aparecer en escena, y que se había quedado clavada en el sitio mientas la otra escapaba cual gallina de corral. Se trataba nada mas y nada menos que de... ¿Ayame? ¿Se llamaba así? la verdad es que no tenia ninguna relación con aquella chica, y no es que no me acordara de su nombre, es que nunca había entablado una conversación con ella que incluyera palabras con mas de una silaba.
Lo poco que conocía de ella eran dos cosas: La primera, es que se trataba de una compañera de clase, al parecer se metían con ella mucho, gracias a eso y al miedo que me tenían algunos, los abusones pasaron de mi: Lo segundo, y la razón por la cual muchos se metían con ella, o la evitaban, y también la razón que hacia que mi popularidad como criatura mitológica o ser de leyenda descendiera, era que ella tenia encerrado en su interior a una de esas bestias con colas que los antiguos kages intentaron matar.
Aunque en aquellos momentos, mucha pinta de ser monstruoso no tenia, mas bien de cachorrito asustao. Y seguramente había venido hacia donde yo estaba por la misma razón que la rubia, y seguro que al cruzarsela sus esperanzas habían disminuido y por esa razón estaba así. En fin, esperaba que esa vez, no volvieran a pegarme un bofetón.
—Mira... yo lo siento mucho, vale? pero paso de morderte, es repugnante y repulsivo, es muy muy asqueroso, y lo único que conseguiríamos es que yo te vomitara en cima, comprendes?
Volviendo a la escena que me acontecía en aquellos momentos, no pude no posar mi mirada sobre la otra chica que acababa de aparecer en escena, y que se había quedado clavada en el sitio mientas la otra escapaba cual gallina de corral. Se trataba nada mas y nada menos que de... ¿Ayame? ¿Se llamaba así? la verdad es que no tenia ninguna relación con aquella chica, y no es que no me acordara de su nombre, es que nunca había entablado una conversación con ella que incluyera palabras con mas de una silaba.
Lo poco que conocía de ella eran dos cosas: La primera, es que se trataba de una compañera de clase, al parecer se metían con ella mucho, gracias a eso y al miedo que me tenían algunos, los abusones pasaron de mi: Lo segundo, y la razón por la cual muchos se metían con ella, o la evitaban, y también la razón que hacia que mi popularidad como criatura mitológica o ser de leyenda descendiera, era que ella tenia encerrado en su interior a una de esas bestias con colas que los antiguos kages intentaron matar.
Aunque en aquellos momentos, mucha pinta de ser monstruoso no tenia, mas bien de cachorrito asustao. Y seguramente había venido hacia donde yo estaba por la misma razón que la rubia, y seguro que al cruzarsela sus esperanzas habían disminuido y por esa razón estaba así. En fin, esperaba que esa vez, no volvieran a pegarme un bofetón.
—Mira... yo lo siento mucho, vale? pero paso de morderte, es repugnante y repulsivo, es muy muy asqueroso, y lo único que conseguiríamos es que yo te vomitara en cima, comprendes?
