28/04/2016, 16:05
— ¡Una basura que habla! —
Tatsuya no terminó de asimilar el resto de la frase, el tipo parecía estar borracho a más no poder, en otras circunstancias al de Taki ese tipo le parecería un loco. Pero en esos momentos su mente no era capaz de razonar eso, dentro de su cabeza había una palabrita que resonaba con eco, y le daba igual lo demás que hubiera dicho el tipo.
¿Acaso era aquello un insulto? ¿Un insulto al heredero de la familia Takanashi? ¿Hacia una de las familias shinobis más importantes? ¿Se atrevió a insultar a un shinobi?... Aquello era inaudito, a Tatsuya nunca le habían faltado el respeto de esa manera, la gente que conocía sólo había pronunciado lisonjas para él y sus sirvientes siempre le veían con la cabeza baja, pero ante las palabras de aquel mugriento bolo sólo había una cosa por hacer.
-Ja ja... Jajajaj... jajajajaja.. JAJAJA.. JAJAJAJAJ ¡JAJAJAJAJAJAJAJ!- Y eso era morirse de risa.
No se había ofendido en lo más mínimo, de hecho, estaba agradecido con aquel charamilero. Por fin alguien le decía la verdad, por fin alguien más se había atrevido a llamarle por lo que es, una basura. No entendía porqué, pero se sentía muy feliz, y para muestra de ello la sonora carcajada en la que porrumpió. Se tapó los ojos con la zurda mientras se sujetaba el estómago con la diestra, retorciéndose de risa ahí parado haciendo bullicio interrumpido por momentos sólo por intervalos de tos con sangre, pero en cuanto se recuperaba seguía con su penoso espectáculo.
Más curiosos acudieron a la escena ante aquel escándolo, un ninja ebrio desquiciado que se reía como maníatico llamaba demasiado a atención... Y Tatsuya odia la atención, no le gustan las multitudes, no le gusta que las miradas se posen en él, no le gusta que le juzguen. Poco a poco fue bajándole el tono a su risa y cuando su mano dejó ver su mirada esta mostraba enojo y frustración, siempre se guarda esos sentimientos de rabia dentro de sí, pero ahora que estaba envalentonado por el alcohol no se iba a reprimir.
-¡Fuera de aquí! ¡Lárguense!- Gritó iracundo.
Rápidamente tomó una botella que algún ebrio dejó por ahí y con la otra mano una piedra de considerable tamaño, lanzó la botella contra la pared de un negocio provocándole un susto a los mirones que estaban cerca. Pero no le bastaba con eso. Lanzó la piedra hacía el único farol que alumbraba la calle, rompiendo el foco y dejando la calle en penumbra. Todos sus problema se acumularon en forma de furia y el sake los había sacado a relucir.
-¡Váyanse! ¡DÉJENME EN PAZ!- Vociferó mientras con su brazo señalaba un camino imaginario.
Simplemente explotó mandando todo y a todos al diablo, no se contuvo en lo más mínimo. Desde un rincón oscuro y alejado una figura parecía observar, portaba una uchigatana y su armadura era imposible de confundir. Pero por alguna extraña razón se mantenía al margen, oculto en la esquina mientras el relajo continuaba, era un guardia pero no mostraba el más mínimo interés en intervenir, al menos no por ahora.
-Vaya suerte la mía pero sí es uno de los ninjas del otro día- Pensó en voz alta. -Síguele con tu bronca, síguele, dejaré que te metas en suficientes problemas, así no tendrás pretexto para que no te arreste cómo la última vez- Susurraba para sí mismo.
Tatsuya no terminó de asimilar el resto de la frase, el tipo parecía estar borracho a más no poder, en otras circunstancias al de Taki ese tipo le parecería un loco. Pero en esos momentos su mente no era capaz de razonar eso, dentro de su cabeza había una palabrita que resonaba con eco, y le daba igual lo demás que hubiera dicho el tipo.
"¡Una basura que habla!, ¡Basura que habla!, ¡Basura!, basura..."
..."BASURA"¿Acaso era aquello un insulto? ¿Un insulto al heredero de la familia Takanashi? ¿Hacia una de las familias shinobis más importantes? ¿Se atrevió a insultar a un shinobi?... Aquello era inaudito, a Tatsuya nunca le habían faltado el respeto de esa manera, la gente que conocía sólo había pronunciado lisonjas para él y sus sirvientes siempre le veían con la cabeza baja, pero ante las palabras de aquel mugriento bolo sólo había una cosa por hacer.
-Ja ja... Jajajaj... jajajajaja.. JAJAJA.. JAJAJAJAJ ¡JAJAJAJAJAJAJAJ!- Y eso era morirse de risa.
No se había ofendido en lo más mínimo, de hecho, estaba agradecido con aquel charamilero. Por fin alguien le decía la verdad, por fin alguien más se había atrevido a llamarle por lo que es, una basura. No entendía porqué, pero se sentía muy feliz, y para muestra de ello la sonora carcajada en la que porrumpió. Se tapó los ojos con la zurda mientras se sujetaba el estómago con la diestra, retorciéndose de risa ahí parado haciendo bullicio interrumpido por momentos sólo por intervalos de tos con sangre, pero en cuanto se recuperaba seguía con su penoso espectáculo.
Más curiosos acudieron a la escena ante aquel escándolo, un ninja ebrio desquiciado que se reía como maníatico llamaba demasiado a atención... Y Tatsuya odia la atención, no le gustan las multitudes, no le gusta que las miradas se posen en él, no le gusta que le juzguen. Poco a poco fue bajándole el tono a su risa y cuando su mano dejó ver su mirada esta mostraba enojo y frustración, siempre se guarda esos sentimientos de rabia dentro de sí, pero ahora que estaba envalentonado por el alcohol no se iba a reprimir.
-¡Fuera de aquí! ¡Lárguense!- Gritó iracundo.
Rápidamente tomó una botella que algún ebrio dejó por ahí y con la otra mano una piedra de considerable tamaño, lanzó la botella contra la pared de un negocio provocándole un susto a los mirones que estaban cerca. Pero no le bastaba con eso. Lanzó la piedra hacía el único farol que alumbraba la calle, rompiendo el foco y dejando la calle en penumbra. Todos sus problema se acumularon en forma de furia y el sake los había sacado a relucir.
-¡Váyanse! ¡DÉJENME EN PAZ!- Vociferó mientras con su brazo señalaba un camino imaginario.
Simplemente explotó mandando todo y a todos al diablo, no se contuvo en lo más mínimo. Desde un rincón oscuro y alejado una figura parecía observar, portaba una uchigatana y su armadura era imposible de confundir. Pero por alguna extraña razón se mantenía al margen, oculto en la esquina mientras el relajo continuaba, era un guardia pero no mostraba el más mínimo interés en intervenir, al menos no por ahora.
-Vaya suerte la mía pero sí es uno de los ninjas del otro día- Pensó en voz alta. -Síguele con tu bronca, síguele, dejaré que te metas en suficientes problemas, así no tendrás pretexto para que no te arreste cómo la última vez- Susurraba para sí mismo.