30/04/2016, 15:08
(Última modificación: 30/04/2016, 15:08 por Inuzuka Nabi.)
El borrachin acabó por desplomarse en el suelo mientras musitaba algo sobre una tal Anastasia o algo parecido. Sin embargo, el shinobi que habia caido como un bellaco en uno de los prohibidos vicios de los shinobi se habia puesto a reir de una forma más que histerica. Se sujetaba el pecho mientras se tapaba los ojos doblandose de pura locura.
La gente que se arremolinaba a una distancia prudencial, que se iba alejando cada vez más del muchacho que parecia estar totalmente fuera de sí. Mientras los civiles se echaba hacia atras, Nabi avanzaba hasta la primera fila de la muchedumbre. Como habia sospechado desde un principio tras el ataque de risa la ira se abrio paso. Agarró una botella y una piedra y lanzó ambas en diferentes direcciones.
El temple que habia mostrado anteriormente se fue a la mierda mientras le gritaba a la gente que le rodeaba, los ojos del rubio se tornaron rojos y con destreza sacó un shuriken del portaobjetos y lo lanzó interceptando la piedra que iba a por el faro que mantenia iluminado el lugar. Sin embargo, la botella no le daria tiempo a detenerla y chocaria contra una pared, por suerte estaba vacia.
Se plantó en un instante al lado del muchacho. Posó su mano derecha en el hombro del shinobi que habia perdido los estribos sin bajar la guardia. Esperaba poder resolverlo sin recurrir a la fuerza, pero como ya se habia demostrado con anterioridad, su diplomacia no solia servir para resolver conflictos.
Calmate.
Sabia que no habia solo civiles observando la escena, si la cosa se descontrolaba con ANBUs hasta debajo de las piedras y samurais hasta detras de las orejas, ambos acabarian en un lio. Sin embargo, no era eso lo que preocupaba en ese momento a Nabi. Él solo esperaba que nadie saliera herido, ni el shinobi, ni ninguno de los civiles y no civiles presentes.
Sus ojos seguian de un color carmesí brillante que esperaba la más ligera reacción del ebrio para responderle acorde a la elección que este hiciera. Calmarse o seguir con su rabia. El alcohol no era un buen consejero, eso era algo esencial y que todo shinobi debia comprender.
La gente que se arremolinaba a una distancia prudencial, que se iba alejando cada vez más del muchacho que parecia estar totalmente fuera de sí. Mientras los civiles se echaba hacia atras, Nabi avanzaba hasta la primera fila de la muchedumbre. Como habia sospechado desde un principio tras el ataque de risa la ira se abrio paso. Agarró una botella y una piedra y lanzó ambas en diferentes direcciones.
El temple que habia mostrado anteriormente se fue a la mierda mientras le gritaba a la gente que le rodeaba, los ojos del rubio se tornaron rojos y con destreza sacó un shuriken del portaobjetos y lo lanzó interceptando la piedra que iba a por el faro que mantenia iluminado el lugar. Sin embargo, la botella no le daria tiempo a detenerla y chocaria contra una pared, por suerte estaba vacia.
Se plantó en un instante al lado del muchacho. Posó su mano derecha en el hombro del shinobi que habia perdido los estribos sin bajar la guardia. Esperaba poder resolverlo sin recurrir a la fuerza, pero como ya se habia demostrado con anterioridad, su diplomacia no solia servir para resolver conflictos.
Calmate.
Sabia que no habia solo civiles observando la escena, si la cosa se descontrolaba con ANBUs hasta debajo de las piedras y samurais hasta detras de las orejas, ambos acabarian en un lio. Sin embargo, no era eso lo que preocupaba en ese momento a Nabi. Él solo esperaba que nadie saliera herido, ni el shinobi, ni ninguno de los civiles y no civiles presentes.
Sus ojos seguian de un color carmesí brillante que esperaba la más ligera reacción del ebrio para responderle acorde a la elección que este hiciera. Calmarse o seguir con su rabia. El alcohol no era un buen consejero, eso era algo esencial y que todo shinobi debia comprender.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)