1/05/2016, 17:27
—Es increíble, mucho mejor de lo que dijiste sobre él —admitió, echando un vistazo alrededor—. ¿Vienes aquí a menudo desde que te hospitalizaron? Parece un buen sitio para meditar.
—No, es la primera vez que vengo —respondió mientras sentía el tibio sol abrazando su piel—. Naomi fue quien me contó de él y me pareció buena idea el venir a pasar el reto.
La gente iba y venía con calma, escuchando el cantar de las aves. Cerca de ellos se encontraban sus guardianas quienes le observaban con atención para que no se metieran en ningún problema. Aunque, estando en silla de ruedas y con poca capacidad de moverse, era poco probable que consiguieran lastimarse.
—Katsue-san, sentémonos y conversemos un poco mientras ellos toman el sol. —Ofreció Naomi mientras señalaba hacia un banquito techado desde el cual se veía toda la plaza.
La Miyazaki supuso que los jóvenes necesitaban un tiempo para dialogar tranquilos, sin vigilantes ni personas que estuvieran al tanto de sus movimientos. Aunque también tenían la intención de conocer un poco a la hermana de Juro y ver qué tipo de persona era. Por otra parte, quería disfrutar de aquella faceta de su señor, aquella donde se comportaba como el jovencito que era, aquella donde no se encontraba pensando en salir y cazar criminales mientras ponía su vida en riesgo.
—Bien, ahora sí —exclamó cuando su compañero se colocó en su lateral—. Quiero que me cuentes cómo estuvo el combate, Juro. Me he abstenido de leer las reseñas y los análisis para poder escucharlo de ti. Vamos, no omitas o te saltes ningún detalle ni ningún movimiento, quiero saberlo todo.
Se le notaba emocionado y expectante, pues ciertamente; El peliblanco había escuchado muchas cosas de la pelea, tantas que necesito de toda su voluntad para abstenerse de leer el periódico. Para él, lo mínimo que podía hacer al haber faltado al combate de su compañero, era escuchar directamente de él todo lo concerniente al encuentro.
—No, es la primera vez que vengo —respondió mientras sentía el tibio sol abrazando su piel—. Naomi fue quien me contó de él y me pareció buena idea el venir a pasar el reto.
La gente iba y venía con calma, escuchando el cantar de las aves. Cerca de ellos se encontraban sus guardianas quienes le observaban con atención para que no se metieran en ningún problema. Aunque, estando en silla de ruedas y con poca capacidad de moverse, era poco probable que consiguieran lastimarse.
—Katsue-san, sentémonos y conversemos un poco mientras ellos toman el sol. —Ofreció Naomi mientras señalaba hacia un banquito techado desde el cual se veía toda la plaza.
La Miyazaki supuso que los jóvenes necesitaban un tiempo para dialogar tranquilos, sin vigilantes ni personas que estuvieran al tanto de sus movimientos. Aunque también tenían la intención de conocer un poco a la hermana de Juro y ver qué tipo de persona era. Por otra parte, quería disfrutar de aquella faceta de su señor, aquella donde se comportaba como el jovencito que era, aquella donde no se encontraba pensando en salir y cazar criminales mientras ponía su vida en riesgo.
—Bien, ahora sí —exclamó cuando su compañero se colocó en su lateral—. Quiero que me cuentes cómo estuvo el combate, Juro. Me he abstenido de leer las reseñas y los análisis para poder escucharlo de ti. Vamos, no omitas o te saltes ningún detalle ni ningún movimiento, quiero saberlo todo.
Se le notaba emocionado y expectante, pues ciertamente; El peliblanco había escuchado muchas cosas de la pelea, tantas que necesito de toda su voluntad para abstenerse de leer el periódico. Para él, lo mínimo que podía hacer al haber faltado al combate de su compañero, era escuchar directamente de él todo lo concerniente al encuentro.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)