7/05/2016, 17:42
-¿Eh? ¿eso es todo?- Estaba decepcionado. -Oh vamos esperaba ver más sangre, con esto apenas una multa le puedo poner- Se lamentaba después de presenciar la escena.
Cuando Tatsuya estaba apunto de agarrar otra caja para lanzar una sombra se proyectó sobre su cabeza, se quedó pasmado mientras veía en cámara lenta cómo se hacía más grande hasta que un gran peso cayó sobre su espalda y le hizo darse de cara al suelo lastimándose la nariz de paso. El adolescente al que había ignorado antes entró en acción tirándose encima de él para inmovilizarlo, no pudo reaccionar pues cuando se dió cuenta tenía ambos brazos atrapados. Empezó a forcejear para intentar safarse pero fue inútil, el peso del rubio le impedía moverse.
-¡Suéltame maldita sea!- La amenaza del rubio se le resbaló como agua.
No se iba a tranquilizar a pesar de que ya había tocado fondo. Estaba ebrio, con una jaqueca encima, con la cara manchada de sangre y le habían hecho darle un besito al piso. Su ira aumentó en demasía al verse acorralado, aunque lo que más le molestaba era darse cuenta de lo patético que era no poder hacer frente a otro shinobi. Poco a poco fue cediendo al darse cuenta de aunque tuvieran la misma fuerza se encontraba en desventaja. El enojo que sentía se fue transformando en frustración al punto que dejó de oponer resistencia.
-Déjame sólo...- Una lágrima se dejó ver en su rostro. -¡Lárgate!- Gritó con la voz quebrada.
Se había humillado sólo y quizás un par de locos aún pudieron haber visto su patético numerito. Había perros ladrando a lo lejos y los civiles se habían ido a esconder cerrando puertas y apagando las luces en las ventanas, pero parecía que a algunos de los ebrios de ahí no muy les había agradado en escándalo en su barrio. El guardia por su parte ya ni siquiera mostraba interés en querer intervenir, aunque seguía a la espectativa.
-Mierda- Masculló Tatsuya
Cuando Tatsuya estaba apunto de agarrar otra caja para lanzar una sombra se proyectó sobre su cabeza, se quedó pasmado mientras veía en cámara lenta cómo se hacía más grande hasta que un gran peso cayó sobre su espalda y le hizo darse de cara al suelo lastimándose la nariz de paso. El adolescente al que había ignorado antes entró en acción tirándose encima de él para inmovilizarlo, no pudo reaccionar pues cuando se dió cuenta tenía ambos brazos atrapados. Empezó a forcejear para intentar safarse pero fue inútil, el peso del rubio le impedía moverse.
-¡Suéltame maldita sea!- La amenaza del rubio se le resbaló como agua.
No se iba a tranquilizar a pesar de que ya había tocado fondo. Estaba ebrio, con una jaqueca encima, con la cara manchada de sangre y le habían hecho darle un besito al piso. Su ira aumentó en demasía al verse acorralado, aunque lo que más le molestaba era darse cuenta de lo patético que era no poder hacer frente a otro shinobi. Poco a poco fue cediendo al darse cuenta de aunque tuvieran la misma fuerza se encontraba en desventaja. El enojo que sentía se fue transformando en frustración al punto que dejó de oponer resistencia.
-Déjame sólo...- Una lágrima se dejó ver en su rostro. -¡Lárgate!- Gritó con la voz quebrada.
Se había humillado sólo y quizás un par de locos aún pudieron haber visto su patético numerito. Había perros ladrando a lo lejos y los civiles se habían ido a esconder cerrando puertas y apagando las luces en las ventanas, pero parecía que a algunos de los ebrios de ahí no muy les había agradado en escándalo en su barrio. El guardia por su parte ya ni siquiera mostraba interés en querer intervenir, aunque seguía a la espectativa.
-Mierda- Masculló Tatsuya