9/05/2016, 03:17
—¿Qué esta pasando?
—Oh, pues verás… —empezó Yoshi, dándole la espalda a sus vecinos y hablando también en susurros—. Aiko les estaba contando cómo encontró a Ryoma anoche… También les dijimos que por suerte hay dos shinobis investigando ya el caso, aunque no te mencionamos, tal y como pediste —dijo, guiñándole un ojo y sonriendo como haría un niño tras corroborarle a su madre que se ha portado bien.
—Extraño —dijo de pronto un hombre, flacucho y de apenas treinta años—. ¿No os lo parece?
—¿De qué estás hablando, Rai?
—De él, por supuesto —respondió, señalando a Karamaru con el dedo—. ¿No es demasiada casualidad? Que llegue un extranjero y justo, justo ese día, Ryoma aparece muerto en su casa.
—¡Rai! —exclamó Aiko, dándole un pequeño manotazo en el hombro—. Te estás pasando.
—¿Y qué prefieres? ¡Que sospeche de mis propios vecinos! ¿¡DE MIS AMIGOS!? —rugió, fuera de sí—. ¡Yo digo que le encerremos! Al menos hasta que se esclarezca todo...
Un silencio incómodo precedió a las palabras de Rai e invadió la posada de Yoshi. Un silencio tenso, cargado por unas miradas inquietantes dirigidas a Karamaru. No, no eran miradas benévolas. Algunas tan sólo transmitían miedo, inseguridad… pero otras, otras estaban cargadas de odio e, incluso, acusación.
—¿Es que no vas a decir nada? —preguntó Yumiko a su esposo, que estaba con la boca entreabierta como si quisiese decir algo y no le saliese nada.
—Por cierto… ¿Te gusto o te pones cachondo solo porque soy mujer...? —
—¿C-cómo dices? — Nunca en su vida le había desencajado tanto una pregunta. Primero, no la comprendió. Luego, después de que su cerebro lograse procesarla, enrojeció como un tomate, muerto de vergüenza. Acto seguido, llegó la indignación. ¿Quién se creía para tratarle así? Datsue no era de los que se dejaban encandilar por la primera chica que se cruzase en su camino. Herido en su orgullo, en un orgullo que hasta el momento creía carecer, se deshizo del abrazo de Noemi y se pegó a la pared, sentándose—. Te equivocas si piensas que me gusta cualquier chica sólo por el hecho de serlo… Además, ¿quién te dice que me haya puesto cachondo? —preguntó, molesto, aunque no sin cierta incomodidad al pronunciar la última palabra.
Sus ojos buscaron los de Noemi a la espera de la respuesta...
—Oh, pues verás… —empezó Yoshi, dándole la espalda a sus vecinos y hablando también en susurros—. Aiko les estaba contando cómo encontró a Ryoma anoche… También les dijimos que por suerte hay dos shinobis investigando ya el caso, aunque no te mencionamos, tal y como pediste —dijo, guiñándole un ojo y sonriendo como haría un niño tras corroborarle a su madre que se ha portado bien.
—Extraño —dijo de pronto un hombre, flacucho y de apenas treinta años—. ¿No os lo parece?
—¿De qué estás hablando, Rai?
—De él, por supuesto —respondió, señalando a Karamaru con el dedo—. ¿No es demasiada casualidad? Que llegue un extranjero y justo, justo ese día, Ryoma aparece muerto en su casa.
—¡Rai! —exclamó Aiko, dándole un pequeño manotazo en el hombro—. Te estás pasando.
—¿Y qué prefieres? ¡Que sospeche de mis propios vecinos! ¿¡DE MIS AMIGOS!? —rugió, fuera de sí—. ¡Yo digo que le encerremos! Al menos hasta que se esclarezca todo...
Un silencio incómodo precedió a las palabras de Rai e invadió la posada de Yoshi. Un silencio tenso, cargado por unas miradas inquietantes dirigidas a Karamaru. No, no eran miradas benévolas. Algunas tan sólo transmitían miedo, inseguridad… pero otras, otras estaban cargadas de odio e, incluso, acusación.
—¿Es que no vas a decir nada? —preguntó Yumiko a su esposo, que estaba con la boca entreabierta como si quisiese decir algo y no le saliese nada.
***
—Por cierto… ¿Te gusto o te pones cachondo solo porque soy mujer...? —
—¿C-cómo dices? — Nunca en su vida le había desencajado tanto una pregunta. Primero, no la comprendió. Luego, después de que su cerebro lograse procesarla, enrojeció como un tomate, muerto de vergüenza. Acto seguido, llegó la indignación. ¿Quién se creía para tratarle así? Datsue no era de los que se dejaban encandilar por la primera chica que se cruzase en su camino. Herido en su orgullo, en un orgullo que hasta el momento creía carecer, se deshizo del abrazo de Noemi y se pegó a la pared, sentándose—. Te equivocas si piensas que me gusta cualquier chica sólo por el hecho de serlo… Además, ¿quién te dice que me haya puesto cachondo? —preguntó, molesto, aunque no sin cierta incomodidad al pronunciar la última palabra.
Sus ojos buscaron los de Noemi a la espera de la respuesta...
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado