10/05/2016, 02:38
—Bueno, no soy muy dada a destacar relaciones personales de los demás, pero creo que no vas tan mal. Apuesto lo que sea a que has estado la mayor parte del tiempo en el hospital, pendiente de él —dijo entonces, tratando de tranquilizarla—. He visto como le reprendías antes, tan sigilosamente. Te comportas como una verdadera hermana mayor.
—Gracias por notarlo, Katsue-san —le dijo mientras le dedicaba una tenue sonrisa ruborizada—. Me he esforzado mucho para permanecer a su lado y que pueda considerarme como parte de su familia.
Una suave brisa pasó agitando sus cabellos y llevando el cantar de las aves. Naomi se permitió sentirse con un poco mas de seguridad, pues ahora sabía que no solo estaba actuando como una protectora, si no que a los ojos de otros también se veía como tal. Claro, para ella la opinión más importante era la de su señor, pero no es como si pudiese ir y preguntarle que sentía directamente. No era como si tuviese el valor para hacer aquello.
—¿Cuánto tiempo llevas cuidándole? —Preguntó Katsue, más curiosa, acerca de la relación entre la chica que tenía delante y el amigo de su hermano.
—Se siente como si hubiese sido hace muchos años que nos conocimos —alzó la mirada hacia el cielo y dejó escapar un tierno y nostálgico suspiro—. En aquel entonces yo solo era una chica que tuvo que abandonar la academia para trabajar como una simple criada y él era un inadaptado muchachito huérfano que vivía en las calles.
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El de blanca melena atendía sin perder palabra alguna del relato de su compañero. Le daba la impresión de que en aquella pelea ambos habían optado por ser usuarios del mismo estilo combativo. Por la propia personalidad de Juro se podría decir que era del tipo que optaba por una estrategia de cautela y oportunidad. El mismo Ishimura ya había enfrentado a contendiente de ideas similares, pero jamás a alguien con el mismo sistema. Suponía que aquel escenario debía ser bastante tenso y fatigante.
«Parece algo tedioso —dijo para sus adentros—, pero debo admitir que provoca cierta emocion la expectativa de combatir contra un rival con el cual puedas comparar tu estilo y ver quien lo domina mejor.»
El joven de cabellos negros continúo con la cronología de lo que había sido su encuentro.
Luego de ocultarse tras un pilar, tomó ventaja del hecho de que su oponente fuese incapaz de verle. Al final se decantó por una estrategia básica de bajo riesgo y realizó un Bunshin no Jutsu, que luego envió hacia el epicentro de la confrontación para que se hiciera pasar por él. En ese momento su oponente mordió el anzuelo y se arrojó directo hacia la trampa que se estaba preparando.
—¿Y qué sucedió luego? —Preguntó al ver que el narrador se había detenido en el punto álgido de aquella escena.
Seguramente fue notaria la curiosidad y la expectativa en el rostro del espadachín, pues luego, como un azote, valga la ironía, permitió que las palabras volvieran a fluir desde él.
Justo cuando su oponente yacía en el aire, cual frágil hoja al viento, el Eikyu inició una serie de sellos cuya única finalidad era el crear un contundente Fūton: Daitoppa, una técnica que su oyente había experimentado muy de cerca durante un entrenamiento. Pero enorme fue la sorpresa y el sentimiento de ser timado en la emboscada cuando aquella ráfaga de viento dispersó los etéreos cuerpo de dos copias ninja. Antes de poder reaccionar, un gran chorro de agua le dio de lleno. Fue entonces cuando se dio cuenta que su oponente había urdido el mismo plan, solo que él fue el primero en revelarse y en exponerse.
—Cielos —dijo tomando aire como si llevara rato sin hacerlo—, parece que fue donde dejaron de tantearse y comenzaron a ponerse serios.
—Gracias por notarlo, Katsue-san —le dijo mientras le dedicaba una tenue sonrisa ruborizada—. Me he esforzado mucho para permanecer a su lado y que pueda considerarme como parte de su familia.
Una suave brisa pasó agitando sus cabellos y llevando el cantar de las aves. Naomi se permitió sentirse con un poco mas de seguridad, pues ahora sabía que no solo estaba actuando como una protectora, si no que a los ojos de otros también se veía como tal. Claro, para ella la opinión más importante era la de su señor, pero no es como si pudiese ir y preguntarle que sentía directamente. No era como si tuviese el valor para hacer aquello.
—¿Cuánto tiempo llevas cuidándole? —Preguntó Katsue, más curiosa, acerca de la relación entre la chica que tenía delante y el amigo de su hermano.
—Se siente como si hubiese sido hace muchos años que nos conocimos —alzó la mirada hacia el cielo y dejó escapar un tierno y nostálgico suspiro—. En aquel entonces yo solo era una chica que tuvo que abandonar la academia para trabajar como una simple criada y él era un inadaptado muchachito huérfano que vivía en las calles.
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El de blanca melena atendía sin perder palabra alguna del relato de su compañero. Le daba la impresión de que en aquella pelea ambos habían optado por ser usuarios del mismo estilo combativo. Por la propia personalidad de Juro se podría decir que era del tipo que optaba por una estrategia de cautela y oportunidad. El mismo Ishimura ya había enfrentado a contendiente de ideas similares, pero jamás a alguien con el mismo sistema. Suponía que aquel escenario debía ser bastante tenso y fatigante.
«Parece algo tedioso —dijo para sus adentros—, pero debo admitir que provoca cierta emocion la expectativa de combatir contra un rival con el cual puedas comparar tu estilo y ver quien lo domina mejor.»
El joven de cabellos negros continúo con la cronología de lo que había sido su encuentro.
Luego de ocultarse tras un pilar, tomó ventaja del hecho de que su oponente fuese incapaz de verle. Al final se decantó por una estrategia básica de bajo riesgo y realizó un Bunshin no Jutsu, que luego envió hacia el epicentro de la confrontación para que se hiciera pasar por él. En ese momento su oponente mordió el anzuelo y se arrojó directo hacia la trampa que se estaba preparando.
—¿Y qué sucedió luego? —Preguntó al ver que el narrador se había detenido en el punto álgido de aquella escena.
Seguramente fue notaria la curiosidad y la expectativa en el rostro del espadachín, pues luego, como un azote, valga la ironía, permitió que las palabras volvieran a fluir desde él.
Justo cuando su oponente yacía en el aire, cual frágil hoja al viento, el Eikyu inició una serie de sellos cuya única finalidad era el crear un contundente Fūton: Daitoppa, una técnica que su oyente había experimentado muy de cerca durante un entrenamiento. Pero enorme fue la sorpresa y el sentimiento de ser timado en la emboscada cuando aquella ráfaga de viento dispersó los etéreos cuerpo de dos copias ninja. Antes de poder reaccionar, un gran chorro de agua le dio de lleno. Fue entonces cuando se dio cuenta que su oponente había urdido el mismo plan, solo que él fue el primero en revelarse y en exponerse.
—Cielos —dijo tomando aire como si llevara rato sin hacerlo—, parece que fue donde dejaron de tantearse y comenzaron a ponerse serios.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)