11/05/2016, 22:53
Las suposiciones del calvo se confirmaron con la respuesta del barbudo. La gente se encontraba en ese lugar por la noticia de los hechos ocurridos la noche anterior. Karamaru sabía lo que era el miedo a la muerte, cuando ese hombre morocho casi lo despedazaba lo había sentido a un nivel impresionante. Entendía a todos los habitantes y el terror que les pertenecía y entre eso y el enojo de algunos claramente no era favorable ponerse en contra.
Gracias Yoshi, aunque supongo que todo se da a conocer en algún momento.
No había mucho tiempo para las palabras entre el shinobi y el posadero. Una voz de hombre surgió de entre la muchedumbre para representar en palabras lo que seguramente muchos de los presentes pensaban. El monje esperó en silencio y escuchó.
«Esas cosas de la vida. Tratas de ayudar y te tachan de culpable, supongo que será un problema más a superar...»
Paso el momento de susurros y no tan susurros entre la gente que se encontraba en la posada y el silencio volvió a reinar. Karamaru pasaba con la vista por cada una de las miradas de aquellas personas, cómo si tratase de leer sus pensamientos aunque fuese obviamente en vano. Él sabía lo que debía de hacerse ante ese pedido y estaba dispuesto a aceptarlo.
¿Es que no vas a decir nada?
Por favor- interrumpió el cenobita a la esposa de Yoshi- Haré lo que deba hacerse.
Miró al público, dio unos pasos para delante integrandose con el y junto sus manos detrás de su espalda.
Entiendo que hay dos shinobi de Takigakure entre nosotros. Uno de ellos desconocido para mí. Es por ello que es mi deber advertirles que no debo de ser el único sospechoso.
Soy inocente, mi consciencia está limpia, pero si para estar tranquilos debo de estar encerrado lo haré. Sin ningún problema.
Volvió a recorrer la mirada de los pueblerinos, esperaba que alguno tomase la iniciativa y lo escoltase hasta su lugar de retención.
Gracias Yoshi, aunque supongo que todo se da a conocer en algún momento.
No había mucho tiempo para las palabras entre el shinobi y el posadero. Una voz de hombre surgió de entre la muchedumbre para representar en palabras lo que seguramente muchos de los presentes pensaban. El monje esperó en silencio y escuchó.
«Esas cosas de la vida. Tratas de ayudar y te tachan de culpable, supongo que será un problema más a superar...»
Paso el momento de susurros y no tan susurros entre la gente que se encontraba en la posada y el silencio volvió a reinar. Karamaru pasaba con la vista por cada una de las miradas de aquellas personas, cómo si tratase de leer sus pensamientos aunque fuese obviamente en vano. Él sabía lo que debía de hacerse ante ese pedido y estaba dispuesto a aceptarlo.
¿Es que no vas a decir nada?
Por favor- interrumpió el cenobita a la esposa de Yoshi- Haré lo que deba hacerse.
Miró al público, dio unos pasos para delante integrandose con el y junto sus manos detrás de su espalda.
Entiendo que hay dos shinobi de Takigakure entre nosotros. Uno de ellos desconocido para mí. Es por ello que es mi deber advertirles que no debo de ser el único sospechoso.
Soy inocente, mi consciencia está limpia, pero si para estar tranquilos debo de estar encerrado lo haré. Sin ningún problema.
Volvió a recorrer la mirada de los pueblerinos, esperaba que alguno tomase la iniciativa y lo escoltase hasta su lugar de retención.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘