13/05/2016, 10:10
(Última modificación: 13/05/2016, 10:11 por Uzumaki Eri.)
—¡Tranquila! ¡Carga ninguna! — Nada más decir eso, el chico rodeó la cintura de Eri, atrayéndola hacia él, haciendo que la kunoichi enrojeciese a niveles desconocidos por ella hasta la fecha, es más, incluso sus orejas, escondidas por entre la mata de pelo azul que cubría su cabeza, habían ganado color; y es que nunca había tenido a un chico tan cerca...
El beso con Nabi no contaba, además, ¡la separó antes de saber qué estaba haciendo! Suspiró al recordar aquello y se dejó hacer por Datsue, apoyándose en su hombro para no caerse en ningún momento, y no llevarle a él con ella al suelo.
La conversación siguió fluyendo como los ríos que se encontraban a su alrededor - bueno, no se veía alguno, peor Eri sabía que habían ríos ahí, en alguno se había lavado la cara unas horas antes -, así, llegó el turno de Datsue para hablar. —No mucho, en realidad. Si te soy sincero… — Una breve pausa lo siguió, y Eri miró dubitativa a Datsue, sin embargo, prosiguió —. Esto de ser shinobi no es lo mío —reconoció abiertamente, mientras miraba al suelo, pensativo—. Nunca me entusiasmó demasiado serlo… Y ahora que me he graduado menos. Me gustaría dejarlo, pero… Bueno, es complicado. Ya sabes.
Eri abrió la boca por la sorpresa que le había reaccionado la respuesta sincera del muchacho. ¡No quería ser shinobi! Sin embargo, no entendía por qué... Pensó en ella, la chica sin conocer sus propias raíces y, además, que se había convertido en una ninja médico por el señor que la acogió en adopción, sin embargo sentía que madera para ello no tenía, como mucho tenía plástico, y aún así, ese plástico se desharía con la primera técnica básica de katon.
-No te he visto pelear, Datsue-san, además, eres un Uchiha... ¿Por qué no es lo tuyo ser shinobi? Si puedo preguntar, claro... - No quería abusar de su sinceridad, pero la curiosidad la mataba por dentro.
Pero la conversación tuvo que hacerse a un lado, ya que el desvío que esperaba se adelantó a lo esperado para la pequeña huérfana y Datsue, dándose cuenta de dónde estaban, o eso creía la kunoichi; paró de pronto al verlo. Eri sonrió, ¡ese desvío era horrible! Y sin una maldita señal... ¿Qué se creían? ¿Que todos tenían una orientación buena? ¡Pues no! Aquí Juro estaría muy perdido.
''Pero... Creo recordar que ninguna de las tres era correcta...'' Suspiró y movió con suavidad su mano que reposaba en el hombro del Uchiha.
-Datsue-san, acércame a esos dos árboles que están tan extrañamente colocados - pidió, señalando dos árboles que creaban como un arco, cerca del camino estrecho de la derecha. Si la memoria no le fallaba, allí nacería el cuarto desvío, el que de verdad llevaba por allí a los Dojos del combatiente -. Creo que deberían poner señales... - pensó en voz alta, y, como si de una bombilla se tratase, algo en su cabeza se iluminó -. ¡Datsue-san! - Exclamó, girando la cabeza hacia él -. ¿Qué tal si hacemos unas señales para indicar dónde van los caminos?
El beso con Nabi no contaba, además, ¡la separó antes de saber qué estaba haciendo! Suspiró al recordar aquello y se dejó hacer por Datsue, apoyándose en su hombro para no caerse en ningún momento, y no llevarle a él con ella al suelo.
La conversación siguió fluyendo como los ríos que se encontraban a su alrededor - bueno, no se veía alguno, peor Eri sabía que habían ríos ahí, en alguno se había lavado la cara unas horas antes -, así, llegó el turno de Datsue para hablar. —No mucho, en realidad. Si te soy sincero… — Una breve pausa lo siguió, y Eri miró dubitativa a Datsue, sin embargo, prosiguió —. Esto de ser shinobi no es lo mío —reconoció abiertamente, mientras miraba al suelo, pensativo—. Nunca me entusiasmó demasiado serlo… Y ahora que me he graduado menos. Me gustaría dejarlo, pero… Bueno, es complicado. Ya sabes.
Eri abrió la boca por la sorpresa que le había reaccionado la respuesta sincera del muchacho. ¡No quería ser shinobi! Sin embargo, no entendía por qué... Pensó en ella, la chica sin conocer sus propias raíces y, además, que se había convertido en una ninja médico por el señor que la acogió en adopción, sin embargo sentía que madera para ello no tenía, como mucho tenía plástico, y aún así, ese plástico se desharía con la primera técnica básica de katon.
-No te he visto pelear, Datsue-san, además, eres un Uchiha... ¿Por qué no es lo tuyo ser shinobi? Si puedo preguntar, claro... - No quería abusar de su sinceridad, pero la curiosidad la mataba por dentro.
Pero la conversación tuvo que hacerse a un lado, ya que el desvío que esperaba se adelantó a lo esperado para la pequeña huérfana y Datsue, dándose cuenta de dónde estaban, o eso creía la kunoichi; paró de pronto al verlo. Eri sonrió, ¡ese desvío era horrible! Y sin una maldita señal... ¿Qué se creían? ¿Que todos tenían una orientación buena? ¡Pues no! Aquí Juro estaría muy perdido.
''Pero... Creo recordar que ninguna de las tres era correcta...'' Suspiró y movió con suavidad su mano que reposaba en el hombro del Uchiha.
-Datsue-san, acércame a esos dos árboles que están tan extrañamente colocados - pidió, señalando dos árboles que creaban como un arco, cerca del camino estrecho de la derecha. Si la memoria no le fallaba, allí nacería el cuarto desvío, el que de verdad llevaba por allí a los Dojos del combatiente -. Creo que deberían poner señales... - pensó en voz alta, y, como si de una bombilla se tratase, algo en su cabeza se iluminó -. ¡Datsue-san! - Exclamó, girando la cabeza hacia él -. ¿Qué tal si hacemos unas señales para indicar dónde van los caminos?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)