15/05/2016, 23:01
—Ya veo... —dijo entonces—. Ha crecido contigo como protectora. No deberías tener nada que temer.
Naomi divisó una amable sonrisa en el rostro de su escucha y no pudo evitar el expresar una igual de cálida. Quizás fuese por aquel apacible ambiente que invitaba a la conversación, pero lo cierto es que la Miyazaki estaba disfrutando bastante de poder charlar con aquella muchacha, aunque fuese prácticamente ella sola quien estuviese hablando.
—¿Qué tipo de entrenamiento recibe una guardiana?
—Lo primero fue completar mi entrenamiento ninja y desarrollar todo tipo de técnicas y habilidades necesarias para la defensa personal y para servir de guardaespaldas —aquello resultó la parte más dura de su nueva educación, aunque tenía talento como kunoichi—. No tengo la experiencia que tendría un Jōnin, pero estoy cercana a ese nivel, en cuanto a habilidad combativa se refiere.
Lo cierto es que a Naomi no le gustaba pelear, pero debía ser capaz de proteger a Kazuma de cualquier peligro potencial. Él en especial necesitaba de alguien capaz de cuidarle; Incluso antes de llegar a las manos de su maestro se comportaba como todo un belicista y las peleas solían ser su pan de cada día. Incluso después de haber cambiado su actitud, y de haberse convertido en un chico apacible, seguía siendo dado a los problemas y conflictos.
—El resto de lo que me enseñaron fueron cosas más normales, como modales y administración —aseguro con una sonrisa tenue—. También recibí cursos diversos, tales como el de supervivencia, el de medicina y el de cocina.
En aquel tiempo no solo se convirtió en la guardiana del Ishimura, sino que también se ganó el puesto de asistente predilecta de Tensei. La chica tenía un carisma natural que la convertía en la mediadora perfecta en cuestión de negocios, por lo que cuando no estaba cuidando del joven de cabellos blancos se encontraba representando a su maestro en algún asunto relacionado con su trabajo como comerciante.
____________________________________________________________________________________
El joven del látigo se tomó su tiempo antes de continuar. De pronto parecía que se había perdido entre las aguas del recuerdo, imaginándose los infinitos quizás y variaciones de las acciones que tomó durante aquel combate. Aquello era algo natural de los combatientes, el reflexionar sobre sus batallas con vista a mejorar para futuros encuentros.
—Oh, perdón... —No supo bien qué decir ante ello, nunca le había pasado.
—No te preocupes, me agradan las pausas dramáticas. —Su rostro lucía amable y atento.
La historia retomó su cauce y Juro decidió guiarle con sus palabras hasta el que fue el final del combate y de su recorrido en el torneo.
El joven del látigo se encontraba en guardia ante aquel ataque simultáneo, pero cuando estaba preparado para la arremetida… Los clones desaparecieron y en su lugar volaban hacia él un par de shurikens que mediante un hilo, que los unía durante el veloz vuelo, emulaban lo que vendría a ser una boleadora improvisada. La treta funcionó y los movimientos del Eikyu se vieron restringidos por los alambres que apresaban su cuerpo. Había quedado demasiado expuesto a los ataque de su oponente.
«Solo fue un pequeño error, pero…» —Aquello le recordaba muy bien las consecuencia de equivocarse durante una pelea.
Juro no tuvo tiempo de liberarse antes de que su rival cargará de nuevo contra él, repitiendo aquella técnica del brazo monstruoso. El impacto lo dejó fuera de combate y con las heridas que ahora lo mantenían en el hospital. Ya habiéndose decidido el ganador la joven de Amegakure se acercó a liberarlo de sus ataduras, cosa que no pasaría en un combate donde se arriesgue la vida. Por ello y por su honorable comportamiento, Juro no le guardo rencor alguno y por su expresión podría decirse que incluso le tenía aprecio.
—Cielos… A pesar de todo parece que fue una pelea donde aprendiste mucho. —Aseguro mientras dejaba descansar su espalda en la silla.
Naomi divisó una amable sonrisa en el rostro de su escucha y no pudo evitar el expresar una igual de cálida. Quizás fuese por aquel apacible ambiente que invitaba a la conversación, pero lo cierto es que la Miyazaki estaba disfrutando bastante de poder charlar con aquella muchacha, aunque fuese prácticamente ella sola quien estuviese hablando.
—¿Qué tipo de entrenamiento recibe una guardiana?
—Lo primero fue completar mi entrenamiento ninja y desarrollar todo tipo de técnicas y habilidades necesarias para la defensa personal y para servir de guardaespaldas —aquello resultó la parte más dura de su nueva educación, aunque tenía talento como kunoichi—. No tengo la experiencia que tendría un Jōnin, pero estoy cercana a ese nivel, en cuanto a habilidad combativa se refiere.
Lo cierto es que a Naomi no le gustaba pelear, pero debía ser capaz de proteger a Kazuma de cualquier peligro potencial. Él en especial necesitaba de alguien capaz de cuidarle; Incluso antes de llegar a las manos de su maestro se comportaba como todo un belicista y las peleas solían ser su pan de cada día. Incluso después de haber cambiado su actitud, y de haberse convertido en un chico apacible, seguía siendo dado a los problemas y conflictos.
—El resto de lo que me enseñaron fueron cosas más normales, como modales y administración —aseguro con una sonrisa tenue—. También recibí cursos diversos, tales como el de supervivencia, el de medicina y el de cocina.
En aquel tiempo no solo se convirtió en la guardiana del Ishimura, sino que también se ganó el puesto de asistente predilecta de Tensei. La chica tenía un carisma natural que la convertía en la mediadora perfecta en cuestión de negocios, por lo que cuando no estaba cuidando del joven de cabellos blancos se encontraba representando a su maestro en algún asunto relacionado con su trabajo como comerciante.
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El joven del látigo se tomó su tiempo antes de continuar. De pronto parecía que se había perdido entre las aguas del recuerdo, imaginándose los infinitos quizás y variaciones de las acciones que tomó durante aquel combate. Aquello era algo natural de los combatientes, el reflexionar sobre sus batallas con vista a mejorar para futuros encuentros.
—Oh, perdón... —No supo bien qué decir ante ello, nunca le había pasado.
—No te preocupes, me agradan las pausas dramáticas. —Su rostro lucía amable y atento.
La historia retomó su cauce y Juro decidió guiarle con sus palabras hasta el que fue el final del combate y de su recorrido en el torneo.
El joven del látigo se encontraba en guardia ante aquel ataque simultáneo, pero cuando estaba preparado para la arremetida… Los clones desaparecieron y en su lugar volaban hacia él un par de shurikens que mediante un hilo, que los unía durante el veloz vuelo, emulaban lo que vendría a ser una boleadora improvisada. La treta funcionó y los movimientos del Eikyu se vieron restringidos por los alambres que apresaban su cuerpo. Había quedado demasiado expuesto a los ataque de su oponente.
«Solo fue un pequeño error, pero…» —Aquello le recordaba muy bien las consecuencia de equivocarse durante una pelea.
Juro no tuvo tiempo de liberarse antes de que su rival cargará de nuevo contra él, repitiendo aquella técnica del brazo monstruoso. El impacto lo dejó fuera de combate y con las heridas que ahora lo mantenían en el hospital. Ya habiéndose decidido el ganador la joven de Amegakure se acercó a liberarlo de sus ataduras, cosa que no pasaría en un combate donde se arriesgue la vida. Por ello y por su honorable comportamiento, Juro no le guardo rencor alguno y por su expresión podría decirse que incluso le tenía aprecio.
—Cielos… A pesar de todo parece que fue una pelea donde aprendiste mucho. —Aseguro mientras dejaba descansar su espalda en la silla.
![[Imagen: aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif]](https://i.pinimg.com/originals/aa/b6/87/aab687219fe81b12d60db220de0dd17c.gif)