16/05/2016, 10:52
—¿Sabes que creo? —preguntó Datsue, con una pequeña sonrisa—. Creo que eres como los protagonistas de las novelas de fantasía que suelo leer. Al principio son débiles, tan insignificantes que ni siquiera creen en si mismos… Pero en su interior guardan una fuerza superior al resto, oculta. Creo que tu fuerza reside en tu bondad. En ese noble objetivo tuyo de querer salvar y proteger a los demás. Y, creo... No, estoy convencido de que al final conseguirás convertir esa bondad tuya en fuerza. Y entonces serás más fuerte que nadie —afirmó, y su sonrisa se ensanchó—. Obviamente, te queda un camino largo que recorrer. Estás al principio de la novela, como quién dice. Caerás. Incontables veces. Pero con caída te levantarás, cada vez más fuerte, y un día, recordarás con nostalgia estos días. Porque te parecerá gracioso que dudases tanto de ti.
»Y sí, estoy convencido de que ahora piensas que lo digo para consolarte. Simples palabras bonitas. Pero, ¿sabes por qué lo sé? —El chico se inclinó y fijó sus ojos oscuros sobre los verdosos de la muchacha, haciendo que la chica comenzase a coger color en sus mejillas—. Porque lo veo. Porque veo esa fuerza en ti. Y créeme —en un momento, el Sharingan que portaba el Uchiha se activó, y, al igual que el Uchiha que ya conocía, tenía en él dos aspas—, mis ojos no me engañan. Nunca lo han hecho.
Sus piernas temblaron, y en conjunto, su corazón se estremeció dentro de ella. Las palabras de Datsue acababan de dar justo en el blanco que era uno de los músculos más importantes de su cuerpo. Así, de sus labios se escapó un suspiro largo, intentando dejar que el sentimiento de tristeza se escapara por ellos tras el no-consuelo -palabras de él - que el Uchiha le acababa de dar... Si era sincera, no mucha gente le había dicho algo así, ni similar, ni bonito, bueno, quizás sí pero no tan alentador ni dulce, eso desde luego. Después sus labios se cerraron y se curvaron en una tímida sonrisa, que dedicó al muchacho.
Sin embargo, por mucho que intentara olvidarse de todo aquello, esos pensamientos seguían subidos a su espalda, y tendría que enfrentarse a ellos ella sola.
-Datsue-san... - Llamó. -Ese discurso ha sido muy bonito. - Afirmó cerrando los ojos mientras su sonrisa se ensanchaba, girando la cabeza un poco de forma repentina, acentuando su emoción. -Es una de las cosas más alentadoras que me han dicho, y... Bueno, me has hecho sentir mejor. - se llevó su dedo índice de la mano izquierda al moflete, rascándose con un poco de nerviosismo. -¡Muchas gracias! - Y, de pronto, se tiró encima de él para agradecerle con un abrazo, envolviendo el cuerpo del Uchiha con sus cortos brazos.
''Creo que podría hacerle caso... ¿No? Después de todo solo son unas palabras de aliento, la que tengo que llevarlo a cabo soy yo...''
»Y sí, estoy convencido de que ahora piensas que lo digo para consolarte. Simples palabras bonitas. Pero, ¿sabes por qué lo sé? —El chico se inclinó y fijó sus ojos oscuros sobre los verdosos de la muchacha, haciendo que la chica comenzase a coger color en sus mejillas—. Porque lo veo. Porque veo esa fuerza en ti. Y créeme —en un momento, el Sharingan que portaba el Uchiha se activó, y, al igual que el Uchiha que ya conocía, tenía en él dos aspas—, mis ojos no me engañan. Nunca lo han hecho.
Sus piernas temblaron, y en conjunto, su corazón se estremeció dentro de ella. Las palabras de Datsue acababan de dar justo en el blanco que era uno de los músculos más importantes de su cuerpo. Así, de sus labios se escapó un suspiro largo, intentando dejar que el sentimiento de tristeza se escapara por ellos tras el no-consuelo -palabras de él - que el Uchiha le acababa de dar... Si era sincera, no mucha gente le había dicho algo así, ni similar, ni bonito, bueno, quizás sí pero no tan alentador ni dulce, eso desde luego. Después sus labios se cerraron y se curvaron en una tímida sonrisa, que dedicó al muchacho.
Sin embargo, por mucho que intentara olvidarse de todo aquello, esos pensamientos seguían subidos a su espalda, y tendría que enfrentarse a ellos ella sola.
-Datsue-san... - Llamó. -Ese discurso ha sido muy bonito. - Afirmó cerrando los ojos mientras su sonrisa se ensanchaba, girando la cabeza un poco de forma repentina, acentuando su emoción. -Es una de las cosas más alentadoras que me han dicho, y... Bueno, me has hecho sentir mejor. - se llevó su dedo índice de la mano izquierda al moflete, rascándose con un poco de nerviosismo. -¡Muchas gracias! - Y, de pronto, se tiró encima de él para agradecerle con un abrazo, envolviendo el cuerpo del Uchiha con sus cortos brazos.
''Creo que podría hacerle caso... ¿No? Después de todo solo son unas palabras de aliento, la que tengo que llevarlo a cabo soy yo...''
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)