23/05/2016, 15:17
(Última modificación: 23/05/2016, 15:17 por Manase Mogura.)
El peliblanco había aceptado el abanico, el cual despues dejaría caer al sucio suelo del lugar, de haber sido Mogura uno de esos orgullosos samurai que paseaban por las calles mostrando sus poderosas espadas seguramente lo hubiese tenido que retar a un duelo por haber herido su puraido. Pero no era samurai, ni tenia espadas, ni tenia intenciones de retar a nadie por tirar al piso su abanico accidentalmente.
No pasa nada, no pasa nada...
Dijo extendiendo su palma hacía el frente y haciendo un movimiento de lado a lado como abanicando el aire, un gesto comun de despreocupación.
Cuando el shinobi se agachó a recoger el objeto, logró ver correctamente debajo del sombrero, descubriendo el rostro de lo que no era una persona adulta si no mas bien la de un joven como él y sería ahí cuando la forma en la que se había estado refiriendo a su persona cambiaría un poco.
Oh... supongo que se me pasó el hecho que estaba cubriendo demasiado mi rostro...
Exclamó en contestación al comentario del muchacho para luego acomodarse un poco mejor el sombrero de paja, echandolo ligeramente hacía atrás para que se le vea con más claridad la cara pero aún así estando protegido del sol.
Vengo del país de la tormenta, así que creo que es normal que el clima llegue a ponerse un poco agresivo con mi persona...
Dejó escapar una mueca ligeramente avergonzada, a fin de cuentas era un ninja y tenía que estar acostumbrado a los diferentes climas en los que podría llegar a desempeñarse. Tomó el abanico y comandó con él hondas de viento hacía su rostro.
En Amegakure normalmente llueve mucho más.
Comentó delatando su procedencia exacta y posiblemente también su profesión.
No pasa nada, no pasa nada...
Dijo extendiendo su palma hacía el frente y haciendo un movimiento de lado a lado como abanicando el aire, un gesto comun de despreocupación.
Cuando el shinobi se agachó a recoger el objeto, logró ver correctamente debajo del sombrero, descubriendo el rostro de lo que no era una persona adulta si no mas bien la de un joven como él y sería ahí cuando la forma en la que se había estado refiriendo a su persona cambiaría un poco.
Oh... supongo que se me pasó el hecho que estaba cubriendo demasiado mi rostro...
Exclamó en contestación al comentario del muchacho para luego acomodarse un poco mejor el sombrero de paja, echandolo ligeramente hacía atrás para que se le vea con más claridad la cara pero aún así estando protegido del sol.
Vengo del país de la tormenta, así que creo que es normal que el clima llegue a ponerse un poco agresivo con mi persona...
Dejó escapar una mueca ligeramente avergonzada, a fin de cuentas era un ninja y tenía que estar acostumbrado a los diferentes climas en los que podría llegar a desempeñarse. Tomó el abanico y comandó con él hondas de viento hacía su rostro.
En Amegakure normalmente llueve mucho más.
Comentó delatando su procedencia exacta y posiblemente también su profesión.