23/05/2016, 19:23
—Oh... supongo que se me pasó el hecho que estaba cubriendo demasiado mi rostro...
«Bueno, puede que solo haya querido pasar desapercibido.»
El de blanca melena le observo curioso, mientras se volvía a sentar en su lugar. El chico se acomodó el sombrero, ocultando un poco menos su rostro, y procedió a pasar por alto lo sucedido con el abanico. Al Ishimura aquello le alivió un poco, si hubiera sido uno de esos viejos y orgullosos samuráis, probablemente le hubiese arrojado un desafío por mancillar su honor al ensuciar una reliquia familiar.
«No es como si tuviera problemas en aceptar un desafío, hasta podria ser emocionante, pero probablemente Naomi no me lo permitiría.» —Su guardiana seguía cerca, sin quitarle el ojo de encima.
—Vengo del país de la tormenta, así que creo que es normal que el clima llegue a ponerse un poco agresivo con mi persona... —Dejó escapar una mueca ligeramente avergonzada, y Tomó el abanico y comandó con él ondas de viento hacía su rostro—. En Amegakure normalmente llueve mucho más.
—Te entiendo —aseguro con cordialidad mientras volvía a su posición de descanso—, yo soy de Uzushiogakure, así que tampoco estoy acostumbrado al clima cálido de este país.
Más que no estar aclimatado, era que aquel día en particular resultaba bastante caluroso. Se imaginó que sería aún más difícil para aquel muchacho con el que ahora estaba conversando, por lo que había escuchado, Ame era un lugar donde la lluvia, el frío y la humedad estaban siempre presentes. En contraste Uzushio si solía tener sus temporadas cálidas y frías a intervalos regulares... Pero seguía siendo menos cálido que el país del fuego.
—Esto… Si eres de Ame y estas aquí, imagino que eres un ninja —dedujo rápida y simplemente—. ¿También has venido para participar en el torneo de los dojos?
«Bueno, puede que solo haya querido pasar desapercibido.»
El de blanca melena le observo curioso, mientras se volvía a sentar en su lugar. El chico se acomodó el sombrero, ocultando un poco menos su rostro, y procedió a pasar por alto lo sucedido con el abanico. Al Ishimura aquello le alivió un poco, si hubiera sido uno de esos viejos y orgullosos samuráis, probablemente le hubiese arrojado un desafío por mancillar su honor al ensuciar una reliquia familiar.
«No es como si tuviera problemas en aceptar un desafío, hasta podria ser emocionante, pero probablemente Naomi no me lo permitiría.» —Su guardiana seguía cerca, sin quitarle el ojo de encima.
—Vengo del país de la tormenta, así que creo que es normal que el clima llegue a ponerse un poco agresivo con mi persona... —Dejó escapar una mueca ligeramente avergonzada, y Tomó el abanico y comandó con él ondas de viento hacía su rostro—. En Amegakure normalmente llueve mucho más.
—Te entiendo —aseguro con cordialidad mientras volvía a su posición de descanso—, yo soy de Uzushiogakure, así que tampoco estoy acostumbrado al clima cálido de este país.
Más que no estar aclimatado, era que aquel día en particular resultaba bastante caluroso. Se imaginó que sería aún más difícil para aquel muchacho con el que ahora estaba conversando, por lo que había escuchado, Ame era un lugar donde la lluvia, el frío y la humedad estaban siempre presentes. En contraste Uzushio si solía tener sus temporadas cálidas y frías a intervalos regulares... Pero seguía siendo menos cálido que el país del fuego.
—Esto… Si eres de Ame y estas aquí, imagino que eres un ninja —dedujo rápida y simplemente—. ¿También has venido para participar en el torneo de los dojos?