29/05/2016, 22:29
La chica había abierto una puerta por la que no estaba segura de querer salir. De hecho, ni tan siquiera el contenido podría ser de su agrado, realmente hizo mal en preguntar. Sin embargo, como su madre solía decir, a lo hecho pecho. Vamos, que de retractarse ya no podía ir la cosa. Sin embargo, su interlocutor no parecía del todo angustiado con las palabras que la chica le estaba sonsacando. Pero una cosa no quita la otra, hablar de esas cosas nunca es agradable, por mucho que lo hayas "superado".
Mogura comenzó explicando que su familia no era nada tradicional. Al parecer, el hecho de tener un hijo no habría venido entre planes o algo parecido, y terminaron huyendo de las responsabilidades como padres. El primero había sido el padre, y la madre se desharía de él poco después. Al menos tuvo el bondadoso detalle de dejarlo con un familiar, y no tirado en alguna cubeta a la suerte.
«Vaya... ahora entiendo por qué intentaba evitar el tema...»
Continuó escuchando la historia de su acompañante, en completo silencio, evitando soltar palabra alguna que lo despistase. Éste terminó añadiendo un dato que realmente se podía tomar al pie de la letra. Un par de adultos de ese tipo, casi seguro que la habían liado mas veces de la misma manera, y por ello podía el joven tener mas de un hermano...
—Entiendo...— Contestó a la historia del chico que se hallaba frente a ella. En éstos momentos, su mirada se encontraba en la mesa, y no en su plato. Se encontraba algo tristona, dibujando circulos imaginarios con sus dedos sobre el mantel de la mesa, justo al lado del plato.
—Siento mucho haberte preguntado por un recuerdo... tan... tan como ese...
Dejó de hacer circulos sobre la mesa en ese instante, y volvió la mirada hacia Mogura. —Supongo que soy demasiado bocazas. No puedo evitar ese defecto, lo siento mucho.—
Ante todo sincera, como una patada en los huevos.
Mogura comenzó explicando que su familia no era nada tradicional. Al parecer, el hecho de tener un hijo no habría venido entre planes o algo parecido, y terminaron huyendo de las responsabilidades como padres. El primero había sido el padre, y la madre se desharía de él poco después. Al menos tuvo el bondadoso detalle de dejarlo con un familiar, y no tirado en alguna cubeta a la suerte.
«Vaya... ahora entiendo por qué intentaba evitar el tema...»
Continuó escuchando la historia de su acompañante, en completo silencio, evitando soltar palabra alguna que lo despistase. Éste terminó añadiendo un dato que realmente se podía tomar al pie de la letra. Un par de adultos de ese tipo, casi seguro que la habían liado mas veces de la misma manera, y por ello podía el joven tener mas de un hermano...
—Entiendo...— Contestó a la historia del chico que se hallaba frente a ella. En éstos momentos, su mirada se encontraba en la mesa, y no en su plato. Se encontraba algo tristona, dibujando circulos imaginarios con sus dedos sobre el mantel de la mesa, justo al lado del plato.
—Siento mucho haberte preguntado por un recuerdo... tan... tan como ese...
Dejó de hacer circulos sobre la mesa en ese instante, y volvió la mirada hacia Mogura. —Supongo que soy demasiado bocazas. No puedo evitar ese defecto, lo siento mucho.—
Ante todo sincera, como una patada en los huevos.