3/06/2016, 12:31
Riko estaba algo compungido ante el hecho de que el Señor Cheng había sufrido daño por culpa de un combate que él había propuesto, quizás debería habérselo ahorrado y se habría evitado todo aquel asunto, y ahora mismo el viejo estaría igual de bien que hacía tan solo unos instantes.
—No tienes que disculparte muchacho, es la edad que no perdona. Una victoria es una victoria chico, no debes despreciar ninguna. A veces ganarás por habilidad, otras por suerte, pero lo importante es volver vivo... no importa como, no importa como lo consigas— Aquellas palabras tenían su parte de razón, no hay que rechazar nunca una victoria, siempre es mejor ganar con ayuda de la suerte que perder y tener que achacar con las consecuencias.
En ese momento, Mitsuki, que se había adentrado a la casa para buscar algo que aliviara el dolo del anciano, apareció con un barreño lleno de agua caliente y un par de toallas, lo que aliviaría de forma significativa el dolor de espalda del anciano, o, por lo menos, eso era lo que le aliviaba a él.
La peliblanco parecía ser una chica muy formal, y bastante seria, dicho sea de paso, aunque también se notaba que era una buena persona, al menos, era lo que parecía por como estaba actuando con el Señor Cheng, al que le estaba ayudando como si se tratase de alguien conocido y al que le tenía aprecio. Riko, por otra parte, estaba allí de pie, observando la escena mientras la joven Hyuga le colocaba una de las toallas, empapada en agua caliente, en la espalda al anciano, que, como por arte de magia, aunque más bien gracias al calor de la toalla, fue capaz de levantarse para irse a descansar al interior de la casa.
— ¡Descanse y cuídese Señor Cheng! — Dijo Riko en un tono de voz lo suficientemente alto como para que el viejo le escuchara.
—Si llego a su edad me gustaría tener su energía. Sin duda es un buen hombre. Bueno, ahora que nos ha dejado el Sr Cheng. ¿Qué harás Riko?—
El joven, miró a Mitsuki cuando ésta le dirigió la palabra, y de nuevo volvió a quedarse sin palabras por un momento, ¿cómo era posible que no la hubiera visto por la villa alguna vez?
— Pues sí, y si te digo la verdad, me alivia no tener que haber librado ese combate... No las tenía todas conmigo de poder salir de aquí andando si llegamos a luchar... — Dijo Riko mientras se reía. — Pues siendo sincero, quería entrenar un poco, pero viendo que no vas con la ropa adecuada, y que tengo algo de hambre... Voy a ir a ver si puedo comer algo, ¿te apuntas? — Preguntó el muchacho, sin demasiadas esperanzas de que la joven aceptara.
—No tienes que disculparte muchacho, es la edad que no perdona. Una victoria es una victoria chico, no debes despreciar ninguna. A veces ganarás por habilidad, otras por suerte, pero lo importante es volver vivo... no importa como, no importa como lo consigas— Aquellas palabras tenían su parte de razón, no hay que rechazar nunca una victoria, siempre es mejor ganar con ayuda de la suerte que perder y tener que achacar con las consecuencias.
En ese momento, Mitsuki, que se había adentrado a la casa para buscar algo que aliviara el dolo del anciano, apareció con un barreño lleno de agua caliente y un par de toallas, lo que aliviaría de forma significativa el dolor de espalda del anciano, o, por lo menos, eso era lo que le aliviaba a él.
La peliblanco parecía ser una chica muy formal, y bastante seria, dicho sea de paso, aunque también se notaba que era una buena persona, al menos, era lo que parecía por como estaba actuando con el Señor Cheng, al que le estaba ayudando como si se tratase de alguien conocido y al que le tenía aprecio. Riko, por otra parte, estaba allí de pie, observando la escena mientras la joven Hyuga le colocaba una de las toallas, empapada en agua caliente, en la espalda al anciano, que, como por arte de magia, aunque más bien gracias al calor de la toalla, fue capaz de levantarse para irse a descansar al interior de la casa.
— ¡Descanse y cuídese Señor Cheng! — Dijo Riko en un tono de voz lo suficientemente alto como para que el viejo le escuchara.
—Si llego a su edad me gustaría tener su energía. Sin duda es un buen hombre. Bueno, ahora que nos ha dejado el Sr Cheng. ¿Qué harás Riko?—
El joven, miró a Mitsuki cuando ésta le dirigió la palabra, y de nuevo volvió a quedarse sin palabras por un momento, ¿cómo era posible que no la hubiera visto por la villa alguna vez?
— Pues sí, y si te digo la verdad, me alivia no tener que haber librado ese combate... No las tenía todas conmigo de poder salir de aquí andando si llegamos a luchar... — Dijo Riko mientras se reía. — Pues siendo sincero, quería entrenar un poco, pero viendo que no vas con la ropa adecuada, y que tengo algo de hambre... Voy a ir a ver si puedo comer algo, ¿te apuntas? — Preguntó el muchacho, sin demasiadas esperanzas de que la joven aceptara.
![[Imagen: tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif]](https://78.media.tumblr.com/ef716a7a224d02d15153150120153d79/tumblr_n4fzpkaZST1rmi71zo1_500.gif)
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