4/06/2016, 16:46
—¡Feliz Año Nuevo! —Escucho de repente mientras que la anciana, que había estado filosofando con él, se alejaba para unirse a su comunidad en aquel ritual.
Lo único que alcanzo a ver de quien le había deseado un feliz año fue un leve destello blanco, pues un grupo de personas que recién iban llegando pasó apresuradamente por el sitio donde estaba parado, dejándolo un poco desorientado.
«Bueno, ya vine a ver lo que quería —se dijo a sí mismo mientras se alejaba de la multitud que comenzaba a acumularse a su alrededor—. Quizás, debiera ir y presentar mis respetos al santuario, pero creo que no sería correcto; Mis dioses no son los mismos que los de estas personas… Bueno, los dioses de mi familia, pues no los siento como míos realmente.»
Se dio media vuelta, dispuesto a bajar de aquel sitio y volver a su hospedaje, pero algo llamo su atención; En un extremo de aquel lugar, donde terminaba el suelo adoquinado y comenzaban los árboles. Por un instante, le pareció ver aquel destello blanco, de nuevo, adentrándose en el bosque montañoso. Movido por una curiosidad creciente, el joven se acercó al sitio donde había estado aquel “fantasma”. No pudo encontrar ninguna huella, pero sí vio como ante él se habría un estrecho sendero que se perdía en las verdes y oscuras entrañas de aquel sitio. «Es un templo… ¿Será posible que algún tipo de aparición se haya visto atraída por el rito de año nuevo?»
Contrario al instinto de una persona común, el Ishimura decidió adentrarse en aquel y camino y averiguar hacia donde llevaba. El sendero era delgado, y se hacía evidente que no era usado con regularidad. El entorno era silencioso y un poco tétrico, pero aparte de eso, no percibió nada sobrenatural como lo que había estado esperando.
—Espera… ¿Qué es eso? —Por fin divisaba el fin del camino.
Si bien no encontró un espectro, el pequeño templo que yacía en aquel claro era tan misterioso como uno. Lucia viejo, pero no abandonado. No veía ni escuchaba señales de alguna persona en los alrededores, por lo que podía "suponer" que estaba solo. Se acercó más a aquella antigua construcción, y se detuvo justo en frente para verla mejor.
—Vale, parece que es solo el templo de alguna divinidad sin nombre ¿Pero por qué está en un lugar tan alejado y solitario?
Lo único que alcanzo a ver de quien le había deseado un feliz año fue un leve destello blanco, pues un grupo de personas que recién iban llegando pasó apresuradamente por el sitio donde estaba parado, dejándolo un poco desorientado.
«Bueno, ya vine a ver lo que quería —se dijo a sí mismo mientras se alejaba de la multitud que comenzaba a acumularse a su alrededor—. Quizás, debiera ir y presentar mis respetos al santuario, pero creo que no sería correcto; Mis dioses no son los mismos que los de estas personas… Bueno, los dioses de mi familia, pues no los siento como míos realmente.»
Se dio media vuelta, dispuesto a bajar de aquel sitio y volver a su hospedaje, pero algo llamo su atención; En un extremo de aquel lugar, donde terminaba el suelo adoquinado y comenzaban los árboles. Por un instante, le pareció ver aquel destello blanco, de nuevo, adentrándose en el bosque montañoso. Movido por una curiosidad creciente, el joven se acercó al sitio donde había estado aquel “fantasma”. No pudo encontrar ninguna huella, pero sí vio como ante él se habría un estrecho sendero que se perdía en las verdes y oscuras entrañas de aquel sitio. «Es un templo… ¿Será posible que algún tipo de aparición se haya visto atraída por el rito de año nuevo?»
Contrario al instinto de una persona común, el Ishimura decidió adentrarse en aquel y camino y averiguar hacia donde llevaba. El sendero era delgado, y se hacía evidente que no era usado con regularidad. El entorno era silencioso y un poco tétrico, pero aparte de eso, no percibió nada sobrenatural como lo que había estado esperando.
—Espera… ¿Qué es eso? —Por fin divisaba el fin del camino.
Si bien no encontró un espectro, el pequeño templo que yacía en aquel claro era tan misterioso como uno. Lucia viejo, pero no abandonado. No veía ni escuchaba señales de alguna persona en los alrededores, por lo que podía "suponer" que estaba solo. Se acercó más a aquella antigua construcción, y se detuvo justo en frente para verla mejor.
—Vale, parece que es solo el templo de alguna divinidad sin nombre ¿Pero por qué está en un lugar tan alejado y solitario?