5/06/2016, 21:44
En aquel punto de encuentro donde los caminos de varias personas se cruzaban, era difícil escuchar con claridad si alguien estaba hablando en un volumen que se considera normal. Lo bueno para los shinobi era que en el banquito, si bien no evitaban escuchar la cacofonía de la multitud trabajadora, podían llevar una charla como gente civilizada.
Hai.
Contestó sin mas al comando del peliblanco. Se puso de pie y seguidamente mantuvo una distancia prudente para poder seguirlo sin que la muchedumbre se lo llevara como un barco de papel la corriente de un río en medio de una tormenta. Fueron varias las veces en las que tuvo que moverse de formas raras para que alguien no golpeara su sombrero, podría habérselo quitado pero hacía demasiado calor para su gusto y prefirió no hacerlo.
Kazuma se detuvo entonces frente a un lugar que tenía todas las de ser la heladería que había mencionado, probablemente habían llegado a su destino, el shinobi de la Lluvia entonces terminaría deteniéndose a una corta distancia tanto del peliblanco como de su guardiana. Un grupo de chicos pasaron corriendo y gritando eufóricamente junto a los ninja en el momento en que el Ishimura pronunció sus palabras lo cual le impidió a Mogura entender lo que había dicho.
¡¿Qué?!
Preguntó levantando un poco la voz y abriendo su abanico para luego acercarselo a la oreja como si eso le fuese a permitir escuchar mejor lo que diría el chico.
Hai.
Contestó sin mas al comando del peliblanco. Se puso de pie y seguidamente mantuvo una distancia prudente para poder seguirlo sin que la muchedumbre se lo llevara como un barco de papel la corriente de un río en medio de una tormenta. Fueron varias las veces en las que tuvo que moverse de formas raras para que alguien no golpeara su sombrero, podría habérselo quitado pero hacía demasiado calor para su gusto y prefirió no hacerlo.
Kazuma se detuvo entonces frente a un lugar que tenía todas las de ser la heladería que había mencionado, probablemente habían llegado a su destino, el shinobi de la Lluvia entonces terminaría deteniéndose a una corta distancia tanto del peliblanco como de su guardiana. Un grupo de chicos pasaron corriendo y gritando eufóricamente junto a los ninja en el momento en que el Ishimura pronunció sus palabras lo cual le impidió a Mogura entender lo que había dicho.
¡¿Qué?!
Preguntó levantando un poco la voz y abriendo su abanico para luego acercarselo a la oreja como si eso le fuese a permitir escuchar mejor lo que diría el chico.