10/06/2016, 16:21
(Última modificación: 10/06/2016, 16:22 por Inuzuka Nabi.)
El cielo en aquella pequeña ciudad en medio de la naturaleza dejaba una visión clara y extensa de todo tipo de estrellas cada una brillando con su único y singular resplandor. Tal vez si algo no hubiera ido tan mal en su vida, si sus elecciones y sus consecuencias hubieran sido diferentes ahora estaria tirado en algún prado tan verde como una manzana, lejos de todo aquel mundo shinobi y torneos intervillales.
Pero la realidad era dura e inamovible como una pared de acero reforzado. A la vez que las nubes se apoderaban de todo aquello que estaba por encima del horizonte, aquel borracho que se hacia llamar a sí mismo ninja intentaba levantarse. Sus ojos se encontraron cuando se sentó en el suelo, Nabi no iba a hacerle sentir mejor, ni se lo habia propuesto en ningún momento. Si en algún momento habia pensado por un instante que el rubio le ayudaba por empatia o alguna mierda así, estaba extremadamente equivocado. Y así lo expresaban sus ojos, con una desaprobación a niveles divinos y un desden a niveles satanicos.
Y obviamente, el joven delincuente que se hacia pasar por shinobi lo notó.
-¿Porqué me ves así?- Aunque su rostro estaba sereno sus ojos se mostraban al borde del llanto. -Yo no te he hecho nada...- Dijo cabizbajo pero sin dejar de hacer contacto visual.
— Porque eres el estereotipo ideal del mal shinobi. Deshonras no solo a toda tu villa sino a todos los ninjas.
Habia pocos temas que le hacian soltar la lengua, pero dar discursos sobre moral, lealtad, honor, dignidad, justicia y deber, sin duda, era uno de sus temas fuertes. Hubiera podido prolongarse horas echandole un sermón a aquel cabeza hueca lleno de alcohol hasta las cejas, diciendole todo tipo de cosas sobre lo que un shinobi debe hacer, sobre la imagen que deben dar y su papel en la sociedad. Podria haberle dejado a la altura del betún, incluso más bajo. Pero no tenia ningún tipo de confianza en él, ni en que fuera capaz de controlarse, era solo un niño malcriado que no tenia ni idea de que ideales llevaba en su bandana, inconsciente de todo, solo capaz de ver su maldito ombligo, ignorante de que sus actos tienen repercusiones para todos. Desde luego, no le guardaba ningún tipo de empatia.
-Eto... No recuerdo cómo terminé aquí- Miró a todos lados y se dió cuenta que estaba perdido. -¿Tan ebrio estoy?- Dijo mientras se pasaba la mano por la mandíbula a causa del dolor, sólo para luego mirar con extrañeza su extremidad al percatarse que estaba sangrando.
Ese muchacho empezaba a darle dolor de cabeza. Él no tenia una orientación como para empezar a dar vueltas alrededor de aquel lugar como si tal cosa, y esa parecia ser la única opción. Andar hasta que alguien o algo reconociera al borrachin.
-¡No puedo regresar!- Dijo exaltado y con los ojos bien abiertos. -Huí de ahí y no pienso volver- Afirmó aunque el rubio no entendiera de que estaba hablando.
— Ah, que recuerda donde es pero no quiere volver... Perfecto.
La única opción seria llevarlo a las autoridades locales o las autoridades de su villa, o cualquiera que lo fuera a vigilar. Aunque realmente parecia un niño que no quiere volver a casa porque sabe que lo que ha hecho ha estado mal. Nabi no era ningún padre ejemplar ni tenia ningún tipo de interes en volverse uno y menos de un adolescente borrachuzo.
— Está claro que no puedes estar solo ahora mismo, así que busca a tu tia, a tu abuelo o a cualquier pariente que quiera encargarse de ti, o incluso tu sensei. Si no quieres volver con tus padres al menos estaras con un adulto responsable.
Esperó a la reacción del muchacho, alocada e irresponsable, esperaba Nabi, muy a su pesar.
Pero la realidad era dura e inamovible como una pared de acero reforzado. A la vez que las nubes se apoderaban de todo aquello que estaba por encima del horizonte, aquel borracho que se hacia llamar a sí mismo ninja intentaba levantarse. Sus ojos se encontraron cuando se sentó en el suelo, Nabi no iba a hacerle sentir mejor, ni se lo habia propuesto en ningún momento. Si en algún momento habia pensado por un instante que el rubio le ayudaba por empatia o alguna mierda así, estaba extremadamente equivocado. Y así lo expresaban sus ojos, con una desaprobación a niveles divinos y un desden a niveles satanicos.
Y obviamente, el joven delincuente que se hacia pasar por shinobi lo notó.
-¿Porqué me ves así?- Aunque su rostro estaba sereno sus ojos se mostraban al borde del llanto. -Yo no te he hecho nada...- Dijo cabizbajo pero sin dejar de hacer contacto visual.
— Porque eres el estereotipo ideal del mal shinobi. Deshonras no solo a toda tu villa sino a todos los ninjas.
Habia pocos temas que le hacian soltar la lengua, pero dar discursos sobre moral, lealtad, honor, dignidad, justicia y deber, sin duda, era uno de sus temas fuertes. Hubiera podido prolongarse horas echandole un sermón a aquel cabeza hueca lleno de alcohol hasta las cejas, diciendole todo tipo de cosas sobre lo que un shinobi debe hacer, sobre la imagen que deben dar y su papel en la sociedad. Podria haberle dejado a la altura del betún, incluso más bajo. Pero no tenia ningún tipo de confianza en él, ni en que fuera capaz de controlarse, era solo un niño malcriado que no tenia ni idea de que ideales llevaba en su bandana, inconsciente de todo, solo capaz de ver su maldito ombligo, ignorante de que sus actos tienen repercusiones para todos. Desde luego, no le guardaba ningún tipo de empatia.
-Eto... No recuerdo cómo terminé aquí- Miró a todos lados y se dió cuenta que estaba perdido. -¿Tan ebrio estoy?- Dijo mientras se pasaba la mano por la mandíbula a causa del dolor, sólo para luego mirar con extrañeza su extremidad al percatarse que estaba sangrando.
Ese muchacho empezaba a darle dolor de cabeza. Él no tenia una orientación como para empezar a dar vueltas alrededor de aquel lugar como si tal cosa, y esa parecia ser la única opción. Andar hasta que alguien o algo reconociera al borrachin.
-¡No puedo regresar!- Dijo exaltado y con los ojos bien abiertos. -Huí de ahí y no pienso volver- Afirmó aunque el rubio no entendiera de que estaba hablando.
— Ah, que recuerda donde es pero no quiere volver... Perfecto.
La única opción seria llevarlo a las autoridades locales o las autoridades de su villa, o cualquiera que lo fuera a vigilar. Aunque realmente parecia un niño que no quiere volver a casa porque sabe que lo que ha hecho ha estado mal. Nabi no era ningún padre ejemplar ni tenia ningún tipo de interes en volverse uno y menos de un adolescente borrachuzo.
— Está claro que no puedes estar solo ahora mismo, así que busca a tu tia, a tu abuelo o a cualquier pariente que quiera encargarse de ti, o incluso tu sensei. Si no quieres volver con tus padres al menos estaras con un adulto responsable.
Esperó a la reacción del muchacho, alocada e irresponsable, esperaba Nabi, muy a su pesar.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)