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Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#16
—Cierra la boca, si no me conoces no me critiques— Clavó una mirada de rabia mezclada con frustación en él —No juzgues a simple vista— Lo dijo muy serio aunque su voz estaba quebrada.

Aquel muchacho no dejaba de superarse, se hundia en la mierda y cuando uno pensaba "Joder, no se puede ir más lleno de mierda" entonces se la empezaba a comer, llenandose de mierda por dentro y subiendo el porcentaje de mierda por encima del cien por cien. Y ahí, bajo la atenta mirada del sharingan de Nabi, el borrachin empezó a comerse la mierda metaforica.

Yo no te juzgo por como te veo, te juzgo por los actos que me has enseñado.

De hecho, no parecia tan malo como en verdad era, así que si tuviera que juzgarle por su apariencia aún saldria ganando. Pero todos y cada uno de sus actos durante aquella pequeña parte de la noche que habia podido contemplar habian sido catastroficamente malos. Malos, infantiles, agresivos y estupidos. Ah, e ilegales.

—La única persona a quién recurrir es mi padre, ¿para que volver? ¿¡para que me golpee de nuevo!?— Una lágrima rodó en su mejilla mientras le enseñaba la sangre en su mano

Si se hubiera enterado antes de todo aquel embrollo, si se hubiera enterado cuando lo vio caminar haciendo cosas raras con unas cuantas heridas encima, hubiera pensado, pobre muchacho que sufre malos tratos. Pero ahora, quien le daba pena era el padre. Tener un hijo borracho que lo único que tiene de shinobi es la bandana es una cruz que no debe ser facil de llevar a la espalda. No iba a defender al maltratador, con violencia no lo iba a solucionar, si te ha salido un hijo que es incapaz de portarse como un shinobi, pues no le dejes que se haga shinobi.

Despues de negarse en redondo a volver con su padre, golpeó la pared. Nabi no lo detuvo, aunque lo seguia observando, como quien observa un ratón de laboratorio al que acaba de inyectarle una sustancia desconocida, para ver qué pasa. Era igual que su padre, parecia querer resolverlo todo con violencia.

Justo cuando el rubio iba a contestarle, el desagradecido empezó a trepar la pared para huir por los tejados, a lo que el shinobi de Uzu respondió de inmediato, acabando en una persecución por las cimas de los edificios del lugar.

Sabes que tarde o temprano te cogere. Si no te detienes ahora, no puedo asegurar que no salgas herido.

A pesar de que el shinobi de Takigakure era más agil que el de Uzushiogakure, su estado ebrio y sus heridas le hacian casi imposible dejarle atras. Por lo que Nabi no tuvo ni que levantar la voz para que sus palabras llegaran hasta el otro ninja. Que al chico le traicionara su estado y acabara cayendo no era ni una predicción, era una evidencia. Nabi sabia perfectamente donde pisaba y donde estaba su equilibrio y se concentraba en mantener su ritmo, sin hacer ningún intento de detener al borrachin, ya se detendria solo.
Nabi
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Mensajes en este tema
Entre el recuerdo y el olvido. - por King Roga - 18/04/2016, 22:52
RE: Entre el recuerdo y el olvido. - por Inuzuka Nabi - 14/06/2016, 16:44


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