14/06/2016, 21:42
Al no recibir ninguna palabra por parte del shinobi del Remolino decidió bajar su abanico y cerrarlo, no quería montar un escándalo en la vía publica después de todo.
Ya habían llegado al lugar y parecía que era un sitio concurrido por gente de bien, juzgando por la pareja que acababa de salir. Kazuma seguía actuando como lo que se suponía que era, un miembro de la alta sociedad, puede que incluso de una categoria de la alta sociedad que estuviese por encima de aquellos dos que recién dejaban el negocio.
Hizo una ligera reverencia en señal de respeto ante la seña que le hicieron, seguidamente ingresaría en la heladería quitandose el sombrero de paja y sosteniéndolo ligeramente con su mano derecha y moviendo la cortina suavemente con su mano izquierda a la vez que bajaba un poco la cabeza.
Ishimura-dono, noto que tiene un buen gusto a la hora de elegir los lugares a los que elige traer a sus invitados...
Exclamó con las palabras mas finas que pudo esbozar en ese instante, el lugar realmente tenía una apareciencia cuidada y no parecía ser exactamente un sitio donde cualquiera pudiese entrar o quizas sería mas correcto decir que no cualquiera pudiese pagar.
... me siento agradecido con su invitación.
Agregó con una ligera sonrisa en el rostro, evitando mostrarse demasiado contento, pues el exceso de sentimentalismo podría llegar a considerarse como una falta de etiqueta también.
Ya habían llegado al lugar y parecía que era un sitio concurrido por gente de bien, juzgando por la pareja que acababa de salir. Kazuma seguía actuando como lo que se suponía que era, un miembro de la alta sociedad, puede que incluso de una categoria de la alta sociedad que estuviese por encima de aquellos dos que recién dejaban el negocio.
Hizo una ligera reverencia en señal de respeto ante la seña que le hicieron, seguidamente ingresaría en la heladería quitandose el sombrero de paja y sosteniéndolo ligeramente con su mano derecha y moviendo la cortina suavemente con su mano izquierda a la vez que bajaba un poco la cabeza.
Ishimura-dono, noto que tiene un buen gusto a la hora de elegir los lugares a los que elige traer a sus invitados...
Exclamó con las palabras mas finas que pudo esbozar en ese instante, el lugar realmente tenía una apareciencia cuidada y no parecía ser exactamente un sitio donde cualquiera pudiese entrar o quizas sería mas correcto decir que no cualquiera pudiese pagar.
... me siento agradecido con su invitación.
Agregó con una ligera sonrisa en el rostro, evitando mostrarse demasiado contento, pues el exceso de sentimentalismo podría llegar a considerarse como una falta de etiqueta también.