21/06/2016, 00:57
A Anzu pareció servirle las excusas de Datsue, relajando el gesto. Lo cierto era que no tenía sentido alguno lo que ella acababa de decirle. ¿Qué había visto como él la asesinaba? No tenía ni pies ni cabeza.
Nada en aquel pasillo lo tenía, en realidad.
—Venga, joder, haz algo. Muévete, ¡quiero salir de aquí!
¿Y qué mierdas puedo hacer yo? Suficiente había hecho con no haberse meado todavía encima. O cagado. O ambas cosas.
Por el momento, lo único que pudo hacer fue seguir a su compañera por el pasillo, toscamente iluminado por una lámpara en el techo, llegando hasta el recibidor donde momentos antes había estado el gorila con cara de malas pulgas. La mesa, junto a la silla, estaban vacías.
La puerta que supuestamente conducía al exterior estaba cerrada, al igual que la mirilla rectangular por la que habían sido observados antes de entrar en aquella locura. Sin embargo, los ojos de Datsue captaron un cambio. Arriba, encima de la puerta, había un mensaje con letras de color caqui grabado en la pared:
—Me abro como cualquier puerta… ¿aunque no soy una puerta cualquiera? —Sacudió la cabeza, confuso—. ¿Has visto eso, Anzu? —preguntó, antes de que esta abriese la puerta.
Pero no, Anzu no lo había visto. Porque, frente a ella, el mensaje que percibían sus ojos era muy distinto. Incluso sus letras eran de color distinto:
—A la porra. ¡Ya estoy harto de toda esta mierda! —Se adelantó a Anzu y abrió la puerta de un tirón, con la misma esperanza de encontrarse con el exterior como cuando abría el regalo de cumpleaños de sus padres y esperaba encontrarse con lo que había pedido. Es decir: nulas—. ¡HI-JO DE PUTA! —exclamó, sin decírselo a nadie en concreto.
Frente a él, el mismo pasillo de siempre. O no…
Algo había cambiado. La luz que desprendía la lámpara del techo, al fondo del pasillo, era distinta. Emitía un tono azul oscuro, y bajo su haz de luz, algo parecía flotar en el aire. Una... daga.
Datsue se dejó caer de rodillas, con los brazos colgando a ambos brazos de su cuerpo y la mirada perdida.
—Solo quiero irme a casa... —murmuró, con la voz a punto de quebrársele.
Nada en aquel pasillo lo tenía, en realidad.
—Venga, joder, haz algo. Muévete, ¡quiero salir de aquí!
¿Y qué mierdas puedo hacer yo? Suficiente había hecho con no haberse meado todavía encima. O cagado. O ambas cosas.
Por el momento, lo único que pudo hacer fue seguir a su compañera por el pasillo, toscamente iluminado por una lámpara en el techo, llegando hasta el recibidor donde momentos antes había estado el gorila con cara de malas pulgas. La mesa, junto a la silla, estaban vacías.
La puerta que supuestamente conducía al exterior estaba cerrada, al igual que la mirilla rectangular por la que habían sido observados antes de entrar en aquella locura. Sin embargo, los ojos de Datsue captaron un cambio. Arriba, encima de la puerta, había un mensaje con letras de color caqui grabado en la pared:
«Me abro como cualquier puerta, aunque no soy una puerta cualquiera.»
—Me abro como cualquier puerta… ¿aunque no soy una puerta cualquiera? —Sacudió la cabeza, confuso—. ¿Has visto eso, Anzu? —preguntó, antes de que esta abriese la puerta.
Pero no, Anzu no lo había visto. Porque, frente a ella, el mensaje que percibían sus ojos era muy distinto. Incluso sus letras eran de color distinto:
«Ya sabes cómo termina.»
—A la porra. ¡Ya estoy harto de toda esta mierda! —Se adelantó a Anzu y abrió la puerta de un tirón, con la misma esperanza de encontrarse con el exterior como cuando abría el regalo de cumpleaños de sus padres y esperaba encontrarse con lo que había pedido. Es decir: nulas—. ¡HI-JO DE PUTA! —exclamó, sin decírselo a nadie en concreto.
Frente a él, el mismo pasillo de siempre. O no…
Algo había cambiado. La luz que desprendía la lámpara del techo, al fondo del pasillo, era distinta. Emitía un tono azul oscuro, y bajo su haz de luz, algo parecía flotar en el aire. Una... daga.
Datsue se dejó caer de rodillas, con los brazos colgando a ambos brazos de su cuerpo y la mirada perdida.
—Solo quiero irme a casa... —murmuró, con la voz a punto de quebrársele.
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado