24/06/2016, 20:25
Las miradas se cruzaron varios segundos entre los hombres de la mesa que pensaban que decir. Yoshi solamente había tragado saliva y permanecido en silencio por las palabras del calvo y solo quedaba Datsue para romper ese lúgubre momento. Por suerte, no se haría esperar ni comenzaría una discusión ni choque de ideas.
Estaba decidido que irían a ver al borracho ya que al parecer el barbudo no tenía nada que objetar. Al monje no le pareció del todo correcto lanzar a Noemi sola nuevamente pero si Datsue estaba de acuerdo no había con qué refutar su pensamiento. En pocos minutos ya se habían organizado sus tareas como grupo experimentado, solo quedaba el aviso a la rubia y todo se pondría en marcha.
El de Taki se alejó de la mesa tras la aclaración de que iría a buscar a su compañera y rápidamente subió las escaleras.
«Parece que empezaste con el pie derecho con Datsue, ¿Verdad Karamaru?»
El cenobita se dedicaba a pensar en cosas que le subiesen un poco el autoestima mientras el silencio dominaba el momento solitario del shinobi y el posadero. Uno mirando puntos lejanos del edificio, moviendo sus ojos de aquí para allá y el otro haciendo golpecitos en la mesa y silbando en un tono bajo canciones de buen ritmo.
Pero fueron minutos que pasarían con rapidez y más pronto que tarde el calvo volvía a ver los pies del morocho bajar por las escaleras. Sin compañia. Unas palabras resonaron en la cabeza del pelado que se pondría de pie rápidamente listo para la acción.
Noemi no está.
Vamos, hay que salir a buscarla.
Los sigo.
Se quedo parado en su lugar esperando que Yoshi los guiará a la casa donde debía de estar Noemi o que Datsue saliera primero por esa puerta para encabezar una búsqueda a gran velocidad por el pueblo. Sin embargo, la emoción del momento no impidió a Karamaru detectar algo en su shinobi acompañante. Sus ojos habían cambiado, el negro azabache que el recordaba con completa seguridad se había esfumado y dos orbes rojos iluminaban su rostro.
Curioso, muy curioso.
Estaba decidido que irían a ver al borracho ya que al parecer el barbudo no tenía nada que objetar. Al monje no le pareció del todo correcto lanzar a Noemi sola nuevamente pero si Datsue estaba de acuerdo no había con qué refutar su pensamiento. En pocos minutos ya se habían organizado sus tareas como grupo experimentado, solo quedaba el aviso a la rubia y todo se pondría en marcha.
El de Taki se alejó de la mesa tras la aclaración de que iría a buscar a su compañera y rápidamente subió las escaleras.
«Parece que empezaste con el pie derecho con Datsue, ¿Verdad Karamaru?»
El cenobita se dedicaba a pensar en cosas que le subiesen un poco el autoestima mientras el silencio dominaba el momento solitario del shinobi y el posadero. Uno mirando puntos lejanos del edificio, moviendo sus ojos de aquí para allá y el otro haciendo golpecitos en la mesa y silbando en un tono bajo canciones de buen ritmo.
Pero fueron minutos que pasarían con rapidez y más pronto que tarde el calvo volvía a ver los pies del morocho bajar por las escaleras. Sin compañia. Unas palabras resonaron en la cabeza del pelado que se pondría de pie rápidamente listo para la acción.
Noemi no está.
Vamos, hay que salir a buscarla.
Los sigo.
Se quedo parado en su lugar esperando que Yoshi los guiará a la casa donde debía de estar Noemi o que Datsue saliera primero por esa puerta para encabezar una búsqueda a gran velocidad por el pueblo. Sin embargo, la emoción del momento no impidió a Karamaru detectar algo en su shinobi acompañante. Sus ojos habían cambiado, el negro azabache que el recordaba con completa seguridad se había esfumado y dos orbes rojos iluminaban su rostro.
Curioso, muy curioso.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘