25/06/2016, 20:30
El lugar sin duda alguna era algo bastante refinado, tan refinado como el dialecto que manejan los señores feudales y ricachones varios dispersos en el mundo, el muchacho en ropas deportivas y su tradicionalmente vestida acompañante.
¿A caso se ha ido?... ah... no...
Giró su mirada junto a la muchacha que estaba guardando al Ishimura, por un momento pensó realmente que el chico se habría esfumado pero al ver bien el rostro de aquel personaje, supo que se trataba de la misma persona. Abrió sus ojos un poco más producto de la sorpresa, pero parecía que la mujer se había sorprendido aun más que él.
Parece ser que ha hecho suspirar a la dama con su gusto por la ropa, Ishimura-dono.
Pensó para si mismo aquellas palabras que no iba a decir frente a esa gente. Observó desde una distancia prudente como el muchacho con ropas de la alta sociedad procuraba espacio suficiente para las personas que lo estaban acompañando, se notaba que Kazuma tenía práctica hablando el dialecto de los ricos.
En el camino hacía la mesa Mogura se mantuvo caminando a una distancia pareja del shinobi de Uzushiogakure, no estaba seguro si fuese correcto realizar algún comentario, pues podría llegar a comprometer al extranjero acaudalado y exotico que simulaba ser el peliblanco. Si en algún momento sus miradas fueran a encontrarse durante el paseo por el local, el shinobi de Amegakure le dedicaría una ligera reverencia en señal de respeto.
¿A caso se ha ido?... ah... no...
Giró su mirada junto a la muchacha que estaba guardando al Ishimura, por un momento pensó realmente que el chico se habría esfumado pero al ver bien el rostro de aquel personaje, supo que se trataba de la misma persona. Abrió sus ojos un poco más producto de la sorpresa, pero parecía que la mujer se había sorprendido aun más que él.
Parece ser que ha hecho suspirar a la dama con su gusto por la ropa, Ishimura-dono.
Pensó para si mismo aquellas palabras que no iba a decir frente a esa gente. Observó desde una distancia prudente como el muchacho con ropas de la alta sociedad procuraba espacio suficiente para las personas que lo estaban acompañando, se notaba que Kazuma tenía práctica hablando el dialecto de los ricos.
En el camino hacía la mesa Mogura se mantuvo caminando a una distancia pareja del shinobi de Uzushiogakure, no estaba seguro si fuese correcto realizar algún comentario, pues podría llegar a comprometer al extranjero acaudalado y exotico que simulaba ser el peliblanco. Si en algún momento sus miradas fueran a encontrarse durante el paseo por el local, el shinobi de Amegakure le dedicaría una ligera reverencia en señal de respeto.