Este foro utiliza cookies
Este foro utiliza cookies para guardar tu información de inicio de sesión si estás registrado, y tu última visita si no lo estás. Las cookies son pequeños documentos de texto guardados en tu ordenador; las cookies establecidas por este foro sólo pueden ser utilizadas en este mismo sitio y no poseen riesgos de seguridad. Las cookies de este foro también llevan un registro de los temas que has leído y cuándo fue la última vez que los leíste. Los administradores NO tienen acceso a esta información, sólo TU NAVEGADOR. Por favor confirma si aceptas el establecimiento de estas cookies.

Se guardará una cookie en tu navegador sea cual sea tu elección para no tener que hacerte esta pregunta otra vez. Podrás cambiar tus ajustes sobre cookies en cualquier momento usando el link en el pie de página.
Otoño-Invierno de 221

Fecha fijada indefinidamente con la siguiente ambientación: Los ninjas de las Tres Grandes siguen luchando contra el ejército de Kurama allá donde encuentran un bastión sin conquistar. Debido a las recientes provocaciones del Nueve Colas, los shinobi y kunoichi atacan con fiereza en nombre de la victoria. Kurama y sus generales se encuentran acorralados en las Tierras Nevadas del Norte, en el País de la Tormenta. Pero el invierno está cerca e impide que cualquiera de los dos bandos avance, dejando Oonindo en una situación de guerra fría, con pequeñas operaciones aquí y allá. Las villas requieren de financiación tras la pérdida de efectivos en la guerra, y los criminales siguen actuando sobre terreno salpicado por la sangre de aliados y enemigos, por lo que los ninjas también son enviados a misiones de todo tipo por el resto del mundo, especialmente aquellos que no están preparados para enfrentarse a las terribles fuerzas del Kyuubi.
#82
Anzu soltó una bocanada de aire purificador cuando sintió como su codo envuelto en chakra Raiton golpeó un cuerpo sólido con la fuerza de una lanza divina esgrimida por un dios del rayo —o eso le parecía a ella—. Cuando a su alrededor el Genjutsu empezó a desmoronarse, sintió como el pecho se le abría y sus pulmones se llenaban del aire frío de la noche. Era como si hubiera salido, tras mucho pelear, de un pozo estrecho y lóbrego en el que había estado atrapada durante días. Sintió la lluvia mojándole el rostro y su pelo rubio platino empapado, la ropa calándola hasta los huesos. Y se alegró como nunca.

Luego oyó una voz que farfullaba, y volvió a la realidad. En efecto, estaba en la misma calle, y ante ella un tipo tan largo y delgado como una brizna de hierba yacía tendido, agarrándose el pecho con una mano. De entre las sombras emergieron dos figuras más, y por su conversación Anzu pudo deducir que había golpeado —acertadamente— al ejecutor de la ilusión. Se relamió de satisfacción.

Puto aficionado... —masculló la kunoichi, enbravecida por su gesta—. Venga, cagón, levántate para que pueda partirte esos dientes de jirafa que tienes.

Parece una locura, ¿verdad? Palabras vacías dichas por una joven y temeraria gennin. Pero Anzu era mucho más que eso: ella era persistente como la marea, rabiosa como una bestia y su ira ardía como el fuego de Amaterasu. En ese momento, se sentía tan humillada, tan arrastrada y tan furiosa que era incapaz de razonar. Sólo quería coger al larguilucho y moler su cara a puñetazos hasta que nadie le reconociese nunca más.

¿Dónde está? ¿Dónde está Haskoz?

Aquella voz femenina la obligó a apartar sus ojos grises —que ahora casi echaban chispas— del ilusionista, y fijarlos en la mujer que había aparecido en escena. Anzu la examinó de arriba abajo, y luego respondió entre dientes.

¿Y cómo quieres que lo sepa, joder? Ni siquiera sabía quién era ese tal Haskoz hasta hace una hora, cuando mi inteligentísimo compañero, el Genio de Takigakure, decidió que era apropiado suplantar la identidad de un Uchiha demoníaco para intentar pegársela a otro Uchiha demoníaco que además controla parte de los bajos fondos de este estercolero que llamamos ciudad. Por lo que a mí respecta, se pueden ir al infierno, ellos, vosotros, y todos los cabrones que os dedicáis a joder la marrana por diversión.

Le salió tan de corrido que no pudo evitar palidecer un poco... Seguramente, porque acababa de vomitar toda la bilis que había acumulado estando encerrada en el Genjutsu. También notó que le temblaban las piernas.
Diálogo - «Pensamiento» - Narración

Mangekyō utilizado por última vez: Flama, Verano de 220

¿Eres nuevo en el rol? ¡Echa un vistazo a mi Compendio de Buenas Prácticas!
Responder


Mensajes en este tema
RE: La balada nocturna de Shinogi-to - por Uchiha Akame - 27/06/2016, 16:48


This forum uses Lukasz Tkacz MyBB addons.