29/06/2016, 13:55
— Pues a ver... — Dijo el rastas bajando la cabeza para ver el panorama. — Sí, es aquel edificio alto de allí, ¿lo ves?
¿Cómo no iba a verlo? ¡Era el edificio más alto de aquella zona! ¿Cuántas cabezas le sacaría a la joven? Vaya, seguramente unas quinientas, y se quedaba corta seguro. Miró a Riko y contempló que el pañuelo ya no estaba empapándose de sangre, así que ya podía mirarle a la cara cuando hablase. Era un gran alivio, ya que odiaba hablar con gente que no podía o no quería mirarla a los ojos cuando hablaban, podría definirse como una falta de respeto.
—Al parecer, si seguimos recto y luego nos metemos por una calle que gire hacia la derecha, llegaremos.— Intentó calcular las distancias, aunque no era muy buena en eso, siempre podían optar por escalar las casas e ir saltando de tejado en tejado.
Para algo eran ninjas, ¿no?
— No queda nada ya, y la verdad que tengo ganas de tumbarme en la cama ahora mismo...
—Ya somos dos... Llevo toda la semana durmiendo en el hospital... ¿Sabes lo malas que son las camas allí? Lo que más hecho de menos es mi cama, no la del antiguo hotel, si no la de Uzu... Qué ganas tengo de volver — Divagó mientras se acercaban al desvío que ya tocaba para poder divisar con sus propios ojos sin tener que levantar la mirada el hotel.
¿Cómo no iba a verlo? ¡Era el edificio más alto de aquella zona! ¿Cuántas cabezas le sacaría a la joven? Vaya, seguramente unas quinientas, y se quedaba corta seguro. Miró a Riko y contempló que el pañuelo ya no estaba empapándose de sangre, así que ya podía mirarle a la cara cuando hablase. Era un gran alivio, ya que odiaba hablar con gente que no podía o no quería mirarla a los ojos cuando hablaban, podría definirse como una falta de respeto.
—Al parecer, si seguimos recto y luego nos metemos por una calle que gire hacia la derecha, llegaremos.— Intentó calcular las distancias, aunque no era muy buena en eso, siempre podían optar por escalar las casas e ir saltando de tejado en tejado.
Para algo eran ninjas, ¿no?
— No queda nada ya, y la verdad que tengo ganas de tumbarme en la cama ahora mismo...
—Ya somos dos... Llevo toda la semana durmiendo en el hospital... ¿Sabes lo malas que son las camas allí? Lo que más hecho de menos es mi cama, no la del antiguo hotel, si no la de Uzu... Qué ganas tengo de volver — Divagó mientras se acercaban al desvío que ya tocaba para poder divisar con sus propios ojos sin tener que levantar la mirada el hotel.