29/06/2016, 14:50
— Dios si... No se descansa igual en camas ajenas, ¿a que no? — Preguntó el joven.
En eso ambos estaban de acuerdo. La verdad es que la huérfana no podía desear más llegar a Uzushio de nuevo, echarse en su cama y dormir hasta que viniese alguien a sacarla por la fuerza de entre sus sábanas. Estaba cansada, tanto física como psicológicamente, y lo único que quería era paz, una paz que solo conseguía en su villa, en su hogar.
No a muchos kilómetros de él.
—Recuerda los batidos de chocolate blanco... — Recordó la pequeña.
La joven sonrió al pensar en ello, pero antes de darse cuenta, Riko había adquirido una posición de preparación, y algo le dio mala espina a Eri.
— Por cierto, ¿qué te parece se echamos una carrera hasta el hotel? — Y sin darla tiempo a contestar, empezó la cuenta atrás. —3....2....1.... ¡YA! — Y rápidamente dio un salto para comenzar a subir hacia los tejados, que eran el camino más rápido hacia el hotel.
La pequeña cargó chakra en sus pies y le siguió para no perderle de vista. Era claramente imposible que pudiese alcanzarle: él medía más y seguro que tenía más práctica que ella, aún así, su vena competitiva salió a relucir, y con suerte se colocó a escasos metros del de las rastras.
—¡Hey, espérame! ¡No estaba preparada! — Espetó, claramente enfadada.
Aunque por otra parte se lo estaba pasando bien.
Unos minutos después de carrera, ambos habían logrado llegar al hotel medio sanos y salvos — aunque Eri se sentía desfallecer con tanta carrera improvisada —, la joven miró al de rastras, que había llegado segundos antes que ella; mientras estaba apoyada sobre sus rodillas, recuperando el oxígeno perdido y le sonrió.
—Parece que ganas tú.
En eso ambos estaban de acuerdo. La verdad es que la huérfana no podía desear más llegar a Uzushio de nuevo, echarse en su cama y dormir hasta que viniese alguien a sacarla por la fuerza de entre sus sábanas. Estaba cansada, tanto física como psicológicamente, y lo único que quería era paz, una paz que solo conseguía en su villa, en su hogar.
No a muchos kilómetros de él.
—Recuerda los batidos de chocolate blanco... — Recordó la pequeña.
La joven sonrió al pensar en ello, pero antes de darse cuenta, Riko había adquirido una posición de preparación, y algo le dio mala espina a Eri.
— Por cierto, ¿qué te parece se echamos una carrera hasta el hotel? — Y sin darla tiempo a contestar, empezó la cuenta atrás. —3....2....1.... ¡YA! — Y rápidamente dio un salto para comenzar a subir hacia los tejados, que eran el camino más rápido hacia el hotel.
La pequeña cargó chakra en sus pies y le siguió para no perderle de vista. Era claramente imposible que pudiese alcanzarle: él medía más y seguro que tenía más práctica que ella, aún así, su vena competitiva salió a relucir, y con suerte se colocó a escasos metros del de las rastras.
—¡Hey, espérame! ¡No estaba preparada! — Espetó, claramente enfadada.
Aunque por otra parte se lo estaba pasando bien.
Unos minutos después de carrera, ambos habían logrado llegar al hotel medio sanos y salvos — aunque Eri se sentía desfallecer con tanta carrera improvisada —, la joven miró al de rastras, que había llegado segundos antes que ella; mientras estaba apoyada sobre sus rodillas, recuperando el oxígeno perdido y le sonrió.
—Parece que ganas tú.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)