29/06/2016, 16:17
—Lo que me faltaba, que un desconocido me venga a dar a mí una lección de moral—
— Hasta una piedra podria darte lecciones de moral, pues tú careces de ella totalmente.
Aquel chico realmente parecia incontrolable, por mucho que le dijera el rubio, él solo se revolveria en la mierda y le reprocharia que no paraba de sermonearle. A pesar de que se pusiera en pie, estaba claro que huir ya no era una opción para él. Se tambaleaba de un lado a otro intentando mantener el delicado equilibrio que le permitia mantenerse por encima del suelo. Verlo así le hizo recuperar la sangre fria. Envainó lo poco que habia desenfundado de su Kodachi y se relajó un poco.
Cuando parecia que el borracho le iba a devolver otra de sus replicas de niño pequeño e irresponsable se echó atras, dio media vuelta y se llevó las manos a su bandana para desenvolver el nudo que la mantenia en su sitio. Se la quitó y por un momento pareció con intención de lanzarla pero finalmente la mantuvo en su mano, apretandola con fuerza y mirandola. Empezó a hablar solo, aunque Nabi no queria o no podia escucharle.
— ¿Por las buenas o por las malas... Otra vez?
Antes de que tuviera tiempo a responder una tercera persona entró en escena. Un samurai hecho y derecho que a Nabi le vino como anillo al dedo, joder ya era hora.
—¡Así los quería agarrar! ¡Quedan detenidos por desorden en la vía pública!—
El rubio suspiró.
— Menos mal que has aparecido, llevate a este chico, andaba por la ciudad sembrando el panico con una borrachera impresionante. Al instarle a que se detuviera salió corriendo y aqui lo tienes, todo tuyo.
Su responsabilidad para con el extraño shinobi de Takigakure acababa de tocar a su fin, y el rubio no se arrepentia para nada, su prioridad era encontrar otra autoridad a la que echarle el borracho y lo habia conseguido. Así que se dio media vuelta y se dispuso a irse dejando al samurai con el shinobi o al shinobi con el samurai.
— Hasta una piedra podria darte lecciones de moral, pues tú careces de ella totalmente.
Aquel chico realmente parecia incontrolable, por mucho que le dijera el rubio, él solo se revolveria en la mierda y le reprocharia que no paraba de sermonearle. A pesar de que se pusiera en pie, estaba claro que huir ya no era una opción para él. Se tambaleaba de un lado a otro intentando mantener el delicado equilibrio que le permitia mantenerse por encima del suelo. Verlo así le hizo recuperar la sangre fria. Envainó lo poco que habia desenfundado de su Kodachi y se relajó un poco.
Cuando parecia que el borracho le iba a devolver otra de sus replicas de niño pequeño e irresponsable se echó atras, dio media vuelta y se llevó las manos a su bandana para desenvolver el nudo que la mantenia en su sitio. Se la quitó y por un momento pareció con intención de lanzarla pero finalmente la mantuvo en su mano, apretandola con fuerza y mirandola. Empezó a hablar solo, aunque Nabi no queria o no podia escucharle.
— ¿Por las buenas o por las malas... Otra vez?
Antes de que tuviera tiempo a responder una tercera persona entró en escena. Un samurai hecho y derecho que a Nabi le vino como anillo al dedo, joder ya era hora.
—¡Así los quería agarrar! ¡Quedan detenidos por desorden en la vía pública!—
El rubio suspiró.
— Menos mal que has aparecido, llevate a este chico, andaba por la ciudad sembrando el panico con una borrachera impresionante. Al instarle a que se detuviera salió corriendo y aqui lo tienes, todo tuyo.
Su responsabilidad para con el extraño shinobi de Takigakure acababa de tocar a su fin, y el rubio no se arrepentia para nada, su prioridad era encontrar otra autoridad a la que echarle el borracho y lo habia conseguido. Así que se dio media vuelta y se dispuso a irse dejando al samurai con el shinobi o al shinobi con el samurai.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)