30/06/2016, 01:22
La kunoichi había accedido a dejarle leer los libros sobre su clan, gesto bastante amistoso de su parte, el cual no se le había escapado a Mogura, quien no tardó en inclinar levemente su cabeza hacía delante con una sonrisa en el rostro. Según el comentario de la muchacha, no solo trataban de historia sino que también había algo de estrategia militar y algo mas.
Sin duda alguna una familia con tantas generaciones debe ser muy interesante.
Sumado a eso, podría llegar incluso a aprender algo que pudiese servir para hacer una combinación loca como la que habían hecho al poco rato de empezar a hablar, diferentes tácticas para combinar técnicas. Ciertamente la curiosidad le generaba expectativas sobre el contenido de los libros.
Por otro lado, las palabras y pensamientos del shinobi parecían haber coincidido con las de su compañera, solo que él había llegado a expresarlas antes. Ante el gesto de la peliblanco no pudo evitar dejar escapar una sonrisa similar, con todas las casualidades que habían estado ocurriendo ese día, en aquel momento se había dado una más.
Yo tampoco me arrepiento, hasta podría decir que todo lo contrario.
Seguro que se hubiese arrepentido de haber dejado escapar una oportunidad como aquella, hasta ese momento las cosas iban bastante agradables ¡y aún faltaba el postre!.
Entrenamiento... ¿qué tan seguido sueles tener tus entrenamientos?
La kunoichi había mencionado esa palabra, la cual le había dado el pie adecuado al muchacho para hacer la pregunta que podría saciar un poco su curiosidad y de paso darle continuidad a la conversación. No venía mal un poco más de charla de sobremesa para bajar la comida y prepararse para degustar un buen postre.
En las mesas ubicadas en el resto del restaurante, la gente iba cumpliendo con el mismo ritual que ellos, algunos habían comenzado antes y por tanto ya estaban retirándose del lugar y otros acababan de llegar por lo que la muchacha que los había atendido se encontraba por ahí cerca, no sería muy difícil para ellos llamar su atención.
Sin duda alguna una familia con tantas generaciones debe ser muy interesante.
Sumado a eso, podría llegar incluso a aprender algo que pudiese servir para hacer una combinación loca como la que habían hecho al poco rato de empezar a hablar, diferentes tácticas para combinar técnicas. Ciertamente la curiosidad le generaba expectativas sobre el contenido de los libros.
Por otro lado, las palabras y pensamientos del shinobi parecían haber coincidido con las de su compañera, solo que él había llegado a expresarlas antes. Ante el gesto de la peliblanco no pudo evitar dejar escapar una sonrisa similar, con todas las casualidades que habían estado ocurriendo ese día, en aquel momento se había dado una más.
Yo tampoco me arrepiento, hasta podría decir que todo lo contrario.
Seguro que se hubiese arrepentido de haber dejado escapar una oportunidad como aquella, hasta ese momento las cosas iban bastante agradables ¡y aún faltaba el postre!.
Entrenamiento... ¿qué tan seguido sueles tener tus entrenamientos?
La kunoichi había mencionado esa palabra, la cual le había dado el pie adecuado al muchacho para hacer la pregunta que podría saciar un poco su curiosidad y de paso darle continuidad a la conversación. No venía mal un poco más de charla de sobremesa para bajar la comida y prepararse para degustar un buen postre.
En las mesas ubicadas en el resto del restaurante, la gente iba cumpliendo con el mismo ritual que ellos, algunos habían comenzado antes y por tanto ya estaban retirándose del lugar y otros acababan de llegar por lo que la muchacha que los había atendido se encontraba por ahí cerca, no sería muy difícil para ellos llamar su atención.