2/07/2016, 16:04
Humilde ante todo, el chico dijo que no era necesaria la carta. Ya tenía mas que clara su elección. Su sonrisa brillaba mucho mas que el sol sobre Amegakure. Aunque eso la mayoría de veces no es que sea demasiado difícil.
Para cuando se quiso dar cuenta, la camarera había regresado al lugar. No tardó en anunciarlo, tras lo cuál preguntó si ya habían elegido postre o necesitaban algo mas de tiempo. Para Mogura y Katomi ya había sido suficiente tiempo como para elegir el postre a tomar. Así pues, solo debían informar a la chica de qué era lo que querían. El primero fue Mogura, el cuál solicitó su apetecible torta de frutilla. Curioso que no lo pidiese con ningún complemento...
La camarera lo anotó breve y concisa, tras ello preguntó a Katomi. La chica le ofreció de vuelta la carta, mientras que terminaba de decidir si realmente el flan sería lo mas apetecible ante la escasa corte de postres.
—Aquí tiene. Yo quiero tomar un flan con nata y caramelo, por favor.— No, definitivamente esa era la opción mas acertada, no iba a cambiarla.
—De acuerdo, les traeré el postre en breve.
La camarera, tal y como llegó se fue. Dejando claro que no tardaría demasiado en regresar y servir su final de la cena. Una pena que todo tuviese tarde o temprano un final, pues lo estaba pasando bien. Por otro lado, no podía dejar de lado su entrenamiento, o su rutina. No podría esperar a que sus objetivos se cumpliesen si no sudaba sangre. Nada se consigue sin esfuerzo.
Para cuando se quiso dar cuenta, la camarera había regresado al lugar. No tardó en anunciarlo, tras lo cuál preguntó si ya habían elegido postre o necesitaban algo mas de tiempo. Para Mogura y Katomi ya había sido suficiente tiempo como para elegir el postre a tomar. Así pues, solo debían informar a la chica de qué era lo que querían. El primero fue Mogura, el cuál solicitó su apetecible torta de frutilla. Curioso que no lo pidiese con ningún complemento...
La camarera lo anotó breve y concisa, tras ello preguntó a Katomi. La chica le ofreció de vuelta la carta, mientras que terminaba de decidir si realmente el flan sería lo mas apetecible ante la escasa corte de postres.
—Aquí tiene. Yo quiero tomar un flan con nata y caramelo, por favor.— No, definitivamente esa era la opción mas acertada, no iba a cambiarla.
—De acuerdo, les traeré el postre en breve.
La camarera, tal y como llegó se fue. Dejando claro que no tardaría demasiado en regresar y servir su final de la cena. Una pena que todo tuviese tarde o temprano un final, pues lo estaba pasando bien. Por otro lado, no podía dejar de lado su entrenamiento, o su rutina. No podría esperar a que sus objetivos se cumpliesen si no sudaba sangre. Nada se consigue sin esfuerzo.