3/07/2016, 14:10
"Ha pasado mucho tiempo, han pasado muchas cosas también"
Caminaba sereno por las calles de la aldea un muchacho de hakama blanco y camisa negra con agunos detalles dorados, aunque estos no podían apreciarse con claridad por la capa negra que le cubría. En estos últimos meses Tatsuya había dado un mini estirón de último minuto, aunque un par de centímetros no hacían mucha diferencia. Quizás era aquella melena larga y suelta la que le daba una apariencia más madura, por no mencionar que se notaba más el parecido con su padre.
"¿Ella también habrá cambiado?"
Una de sus sirvientas le había entregado una nota para él, la cual había sido enviada por Kajiya Anzu. No era una simple casualidad. Al ver que la kunoichi tenía intenciones de verlo en el edificio del Kawakage rápidamente pudo deducir de que iba la cosa. Sabía que tarde o temprano tendrían que reencontrarse, de no ser por todos los asuntos que lo mantuvieron ocupado durante el año él mismo hubiese buscado de nuevo a la morena. Ahora se dirigía al punto de encuentro donde por fin podría volver a verla, las veces anteriores no habían llegado a hablar con tranquilidad, quizás ahora sería su oportunidad.
Pronto llegó al lugar indicado con la puntualidad que le caracterizaba, cerca de la entrada pudo divisar a su compañera de equipo. Era extraño, quizás algunos detalles habían cambiado pero aquella aura enérgica seguía siendo la misma. El Takanashi subió las escaleras hasta llegar donde se encontraba su compañera mientras esbozaba una fina sonrisa.
—Me alegra volver a verte, Anzu-chan— Reverenció con parsimonia para saludarla.
Caminaba sereno por las calles de la aldea un muchacho de hakama blanco y camisa negra con agunos detalles dorados, aunque estos no podían apreciarse con claridad por la capa negra que le cubría. En estos últimos meses Tatsuya había dado un mini estirón de último minuto, aunque un par de centímetros no hacían mucha diferencia. Quizás era aquella melena larga y suelta la que le daba una apariencia más madura, por no mencionar que se notaba más el parecido con su padre.
"¿Ella también habrá cambiado?"
Una de sus sirvientas le había entregado una nota para él, la cual había sido enviada por Kajiya Anzu. No era una simple casualidad. Al ver que la kunoichi tenía intenciones de verlo en el edificio del Kawakage rápidamente pudo deducir de que iba la cosa. Sabía que tarde o temprano tendrían que reencontrarse, de no ser por todos los asuntos que lo mantuvieron ocupado durante el año él mismo hubiese buscado de nuevo a la morena. Ahora se dirigía al punto de encuentro donde por fin podría volver a verla, las veces anteriores no habían llegado a hablar con tranquilidad, quizás ahora sería su oportunidad.
Pronto llegó al lugar indicado con la puntualidad que le caracterizaba, cerca de la entrada pudo divisar a su compañera de equipo. Era extraño, quizás algunos detalles habían cambiado pero aquella aura enérgica seguía siendo la misma. El Takanashi subió las escaleras hasta llegar donde se encontraba su compañera mientras esbozaba una fina sonrisa.
—Me alegra volver a verte, Anzu-chan— Reverenció con parsimonia para saludarla.