3/07/2016, 19:34
La kunoichi había dado un paso realmente atrevido en su temprana relación con el muchacho de cabello azabache, un movimiento que difícilmente podría ser negado u olvidado. No era algo que estuviese mal, no había razón para que pudiese llegarse a tomar de mala forma, simplemente era una cuestión delicada. Podría ser una exageración pues la muchacha había dicho un chiste solamente, nada de otro mundo.
Mogura delineó una sonrisa un poco más marcada al escuchar el chiste de Katomi, no era un persona sin gusto por las bromas y le había causado gracia, razón por la cual acompaño a la bromista con una risa.
Las siguientes palabras de la kunoichi serían una contestación a la propuesta que había planteado el shinobi, de una forma no tan cortante y con tacto dijo que tenía una rutina que seguir. Pero también dijo que podría escoltar al muchacho hasta la tienda para que comprase el paraguas.
No podría querer una mejor escolta en mi viaje a la tienda que Sarutobi Katomi...
Contestó a las palabras de la muchacha junto con una pequeña inclinación de su cabeza en señal de afirmación. Sus caminos seguirían yendo en la misma dirección un poco mas después de terminar con sus asuntos en el restaurante, y de ahí se verían atendiendo temas diferentes.
Acepto tu oferta de ser compañeros en la peligrosa empresa que podría llegar a ser comprar un paraguas nuevo.
Dijo con una sonrisa y estirando la mano hacía delante y formando un puño, desellando servido para hacer un choque de nudillos. Después de todo, podían haber cosas temibles en el camino y podría llegar a haber toda la clase de peligros a superar, como la falta de cambio o peor, que el negocio estuviese cerrado por vacaciones, a saber.
Mogura delineó una sonrisa un poco más marcada al escuchar el chiste de Katomi, no era un persona sin gusto por las bromas y le había causado gracia, razón por la cual acompaño a la bromista con una risa.
Las siguientes palabras de la kunoichi serían una contestación a la propuesta que había planteado el shinobi, de una forma no tan cortante y con tacto dijo que tenía una rutina que seguir. Pero también dijo que podría escoltar al muchacho hasta la tienda para que comprase el paraguas.
No podría querer una mejor escolta en mi viaje a la tienda que Sarutobi Katomi...
Contestó a las palabras de la muchacha junto con una pequeña inclinación de su cabeza en señal de afirmación. Sus caminos seguirían yendo en la misma dirección un poco mas después de terminar con sus asuntos en el restaurante, y de ahí se verían atendiendo temas diferentes.
Acepto tu oferta de ser compañeros en la peligrosa empresa que podría llegar a ser comprar un paraguas nuevo.
Dijo con una sonrisa y estirando la mano hacía delante y formando un puño, desellando servido para hacer un choque de nudillos. Después de todo, podían haber cosas temibles en el camino y podría llegar a haber toda la clase de peligros a superar, como la falta de cambio o peor, que el negocio estuviese cerrado por vacaciones, a saber.