4/07/2016, 01:20
Lejos de aceptar que no tenia ni pizca de razón y que se estaba moviendo por intereses egoistas muy alejados del ideal de justicia que deberian llevar todos los agentes del orden en lo más profundo de sus corazones, el samurai siguió con su estupida y poco etica artimaña para vengarse de su villa y del borrachuzo que habia encontrado Nabi liandola en plena calle.
—A ver, hicieron escándalo a media calle, se pusieron a hacer carreritas sobre las casas ¿y aún así dices que es un malentendido?— Cruzó los brazos e hinchó el pecho —Ya me harté de que ustedes ninjas insolentes hagan lo que se les de la puta gana por la ciudad. Es más, con la cara que se trae este vago bien invento que se dieron de hostias que nadie puede probar lo contario.
No estaba dispuesto a caer en la treta de un loco que no tenia ninguna razón de peso más allá de sus propias invenciones y faroles. Así pues, el rubio se mantuvo quieto y callado con los brazos cruzados esperando a que acabara el espectaculo que estaba montando ese hombre tan amablemente para entretenerle.
—Estuve observándolos, esperando a que los dos cometieran alguna cagada para arrestarlos, sin mencionar a ricitos de oro va de lengua suelta y me falta el respeto, bueno, que van a saber de respeto, son ninjas al final de cuentas— El otro guardia estaba ya atrás de el, pero seguía ensimismado y no le prestó atención —Ya está, ¿algún otro cargo que quieran que añada a su orden? jejejeje— Se burló extendiendo las manos.
Al parecer, no se habia percatado de que un compañero suyo, o con suerte un superior, se habia empezado a acercar por su espalda y por su expresión parecia más avergonzado por la actuación del samurai que dispuesto a ayudarle. Y así fue, el segundo samurai mandó callar al primero y le dio la razón a Nabi, a quien dejó que se fuera sin más demora. Como tenia que ser. Sin embargo, el extraño y misterioso shinobi de Takigakure al que habia perseguido durante un buen rato tendria que responder ante él y ante su tutor legal.
— Muy bien, se lo dejo a usted, Samurai-san.
Aquel shinobi le dedicó una última mirada triste antes de que sus caminos se separaran definitivamente. Al menos aceptó por fin las consecuencias de sus actos, tal vez porque escaparse ya no era una opción o porque era una alternativa mejor que la carcel. Quien sabe. Nabi no lo sabia, ni se lo preguntaba, se marchó en dirección a Narnia, sin mirar a atras.
—A ver, hicieron escándalo a media calle, se pusieron a hacer carreritas sobre las casas ¿y aún así dices que es un malentendido?— Cruzó los brazos e hinchó el pecho —Ya me harté de que ustedes ninjas insolentes hagan lo que se les de la puta gana por la ciudad. Es más, con la cara que se trae este vago bien invento que se dieron de hostias que nadie puede probar lo contario.
No estaba dispuesto a caer en la treta de un loco que no tenia ninguna razón de peso más allá de sus propias invenciones y faroles. Así pues, el rubio se mantuvo quieto y callado con los brazos cruzados esperando a que acabara el espectaculo que estaba montando ese hombre tan amablemente para entretenerle.
—Estuve observándolos, esperando a que los dos cometieran alguna cagada para arrestarlos, sin mencionar a ricitos de oro va de lengua suelta y me falta el respeto, bueno, que van a saber de respeto, son ninjas al final de cuentas— El otro guardia estaba ya atrás de el, pero seguía ensimismado y no le prestó atención —Ya está, ¿algún otro cargo que quieran que añada a su orden? jejejeje— Se burló extendiendo las manos.
Al parecer, no se habia percatado de que un compañero suyo, o con suerte un superior, se habia empezado a acercar por su espalda y por su expresión parecia más avergonzado por la actuación del samurai que dispuesto a ayudarle. Y así fue, el segundo samurai mandó callar al primero y le dio la razón a Nabi, a quien dejó que se fuera sin más demora. Como tenia que ser. Sin embargo, el extraño y misterioso shinobi de Takigakure al que habia perseguido durante un buen rato tendria que responder ante él y ante su tutor legal.
— Muy bien, se lo dejo a usted, Samurai-san.
Aquel shinobi le dedicó una última mirada triste antes de que sus caminos se separaran definitivamente. Al menos aceptó por fin las consecuencias de sus actos, tal vez porque escaparse ya no era una opción o porque era una alternativa mejor que la carcel. Quien sabe. Nabi no lo sabia, ni se lo preguntaba, se marchó en dirección a Narnia, sin mirar a atras.
—Nabi—
![[Imagen: 23uv4XH.gif]](https://i.imgur.com/23uv4XH.gif)