4/07/2016, 12:33
(Última modificación: 4/07/2016, 12:33 por Uzumaki Eri.)
Al parecer Toyo estaba orgulloso de la relación que ambos tenían o... Que empezaban a tener, y eso por un lado era perfecto, ya que el jonnin no estaría pendiente de ella tanto, pero por otro no era bueno, porque ahora eran dos a los que iba a molestar sobre lo perfecto que era y todas esas cosas sobre el orgullo de la villa.
Este hombre no iba a cambiar nunca.
Abrieron la puerta ya solos - el pelirrojo mayor desapareció a sus espaldas alegando algo que Eri no fue capaz de escuchar - y cuando entraron observaron la recepción que se alzaba frente a sus ojos, y justo a la derecha había un mostrador con una señora con cara de... Bueno, las descripciones explícitas las dejamos para otro horario.
Justo cuando iba a saludar, Yota se adelantó. Pero no a la mujer recepcionista, precisamente:
— ¡¿Mitsuki?! — La pregunta revoloteó en el aire creando un eco que rebotó en cada pared de la estancia. Eri frunció el ceño y clavó su mirada entrecerrada en el poseedor de los ojos carmesíes, luego recordó lo que había dicho y le soltó la mano, quizás de forma brusca; buscando a la susodicha.
''¿La Hyuga también está aquí?'' Se preguntó, y cuando sus ojos se posaron en la peliblanca se quedó boquiabierta. Otra coincidencia del destino, sin duda. Se escuchó una disculpa del Sasagani que no alcanzó a oír, perdida en la belleza de la joven sentada a escasos metros de ella. Era muy obvio por qué la gente no se olvidaba de ella cuando la veían por primera vez.
Sintió una punzada de algo parecido a celos al rememorar como Yota había chillado su nombre, pero se contuvo. Ella no era tan... Perfecta.
—Hola, Hyuga-san. — Saludó de forma cordial mientras movía su mano izquierda. —¿Tú también estás aquí de misión?
Este hombre no iba a cambiar nunca.
Abrieron la puerta ya solos - el pelirrojo mayor desapareció a sus espaldas alegando algo que Eri no fue capaz de escuchar - y cuando entraron observaron la recepción que se alzaba frente a sus ojos, y justo a la derecha había un mostrador con una señora con cara de... Bueno, las descripciones explícitas las dejamos para otro horario.
Justo cuando iba a saludar, Yota se adelantó. Pero no a la mujer recepcionista, precisamente:
— ¡¿Mitsuki?! — La pregunta revoloteó en el aire creando un eco que rebotó en cada pared de la estancia. Eri frunció el ceño y clavó su mirada entrecerrada en el poseedor de los ojos carmesíes, luego recordó lo que había dicho y le soltó la mano, quizás de forma brusca; buscando a la susodicha.
''¿La Hyuga también está aquí?'' Se preguntó, y cuando sus ojos se posaron en la peliblanca se quedó boquiabierta. Otra coincidencia del destino, sin duda. Se escuchó una disculpa del Sasagani que no alcanzó a oír, perdida en la belleza de la joven sentada a escasos metros de ella. Era muy obvio por qué la gente no se olvidaba de ella cuando la veían por primera vez.
Sintió una punzada de algo parecido a celos al rememorar como Yota había chillado su nombre, pero se contuvo. Ella no era tan... Perfecta.
—Hola, Hyuga-san. — Saludó de forma cordial mientras movía su mano izquierda. —¿Tú también estás aquí de misión?
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)