4/07/2016, 23:57
Uou. Parece que he dado en el clavo. Por una vez, era él quien incomodaba a Noemi. Por una vez, era él quién provocaba el rubor en sus mejillas. Era comprensible. A tanta distancia y con un cristal de por medio, los encantos de la kunoichi perdían la fuerza necesaria como para nublar la mente del Uchiha.
Datsue empezó a borrar la frase con el dorso de la mano cuando de pronto…
... Emiko miró atrás, quizá al percibir la mirada desviada de Noemi. La kunoichi pudo ver como, en el último suspiro, el Uchiha se agachaba a tiempo para desaparecer de su vista.
—Disculpa… —dijo Noemi, ante una Emiko que ya volvía a mirarla. No parecía haberse dado cuenta del pequeño visitante que había en el jardín, ni del mensaje a medio borrar. O al menos no dio muestras de ello.
—Pues… No —respondió al fin—. Desde que mi marido y yo nos dimos un tiempo… Lo cierto es que no nos volvimos a ver mucho… —Sacó un espejito redondeado que guardaba en un bolsillo interior de su kimono y se miró el rostro con el reflejo. Un perfil, luego otro… Acto seguido se pasó tras la oreja el mechón que le quedaba suelto y guardó el espejo—. ¿Hay algún sospechoso? —preguntó, volviendo a fijar la mirada en Noemi.
Como Karamaru no hizo gesto alguno de moverse, la pobre anciana tuvo que recorrer la distancia que los separaba: Primero una pierna, luego el bastón, luego otra pierna. Parecía que andaba a cámara lenta. Además, era cuesta arriba, y la nieve parecía dificultarle todavía más el avance.
Un minuto más tarde, llegó junto a él. El shinobi de Ame le sacaba al menos una cabeza de altura.
—Lo vi —Karamaru captó un olor nauseabundo en su dirección, como si la anciana no se hubiese duchado en meses—. Hace dos noches, con una botella en la mano y borracho —Hizo un gesto para que se le acercase más, y Karamaru sintió ganas de vomitar en caso de hacerlo—. El asesino.
Datsue empezó a borrar la frase con el dorso de la mano cuando de pronto…
... Emiko miró atrás, quizá al percibir la mirada desviada de Noemi. La kunoichi pudo ver como, en el último suspiro, el Uchiha se agachaba a tiempo para desaparecer de su vista.
—Disculpa… —dijo Noemi, ante una Emiko que ya volvía a mirarla. No parecía haberse dado cuenta del pequeño visitante que había en el jardín, ni del mensaje a medio borrar. O al menos no dio muestras de ello.
—Pues… No —respondió al fin—. Desde que mi marido y yo nos dimos un tiempo… Lo cierto es que no nos volvimos a ver mucho… —Sacó un espejito redondeado que guardaba en un bolsillo interior de su kimono y se miró el rostro con el reflejo. Un perfil, luego otro… Acto seguido se pasó tras la oreja el mechón que le quedaba suelto y guardó el espejo—. ¿Hay algún sospechoso? —preguntó, volviendo a fijar la mirada en Noemi.
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Como Karamaru no hizo gesto alguno de moverse, la pobre anciana tuvo que recorrer la distancia que los separaba: Primero una pierna, luego el bastón, luego otra pierna. Parecía que andaba a cámara lenta. Además, era cuesta arriba, y la nieve parecía dificultarle todavía más el avance.
Un minuto más tarde, llegó junto a él. El shinobi de Ame le sacaba al menos una cabeza de altura.
—Lo vi —Karamaru captó un olor nauseabundo en su dirección, como si la anciana no se hubiese duchado en meses—. Hace dos noches, con una botella en la mano y borracho —Hizo un gesto para que se le acercase más, y Karamaru sintió ganas de vomitar en caso de hacerlo—. El asesino.
![[Imagen: ksQJqx9.png]](https://i.imgur.com/ksQJqx9.png)
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado