7/07/2016, 23:31
Tras mi gesto, sincero pero forzado, con un poco de teatralidad ambas muchachas tras firmar el registro pusieron sus pies sobre los escalones que llevaban a la planta superior para encarar el camino de búsqueda hasta aquel portón con un remolino dibujado, lugar que según doña alegrías, la recepcionista del lugar, nos aguardaba Shiona-sama en persona.
—Eso parece, espero que no las olvides tú—
— ¡Oh, vamos! No soy nadie para burlarme de Shiona, lo haré con gusto
Seguía mostrando una actitud divertida y con cierto bromismo. La verdad es que me sentía feliz y a gusto al lado de aquellas dos chicas. En ambos casos, hacía muchos meses que no nos habíamos cruzado y sin darme cuenta la peliazul ya estaba repiqueteando la madera con sus nudillos, mientras tanto mis manos reposaban en los bolsillos de los pantalones hasta que recibimos la orden de acceder al interior de la estancia.
La puerta se abrió y los 3 entramos sin pensárnoslo demasiado.
—Buenos dias, Hyuga Mitsuki, Mizumi Eri y Sasagani Yota. ¿En qué os puedo ayudar?
Allí estaba la pelirroja más famosa de todo Uzushiogakure al lado de un gran ventanal que ofrecía una de las mejores vistas de la aldea. Sus ojos púrpuras fueron examinando a todos nosotros, uno tras otro, mientras aguardaba por una respuesta que, muy seguramente, ya estaría esperando.
Recordé las palabras anteriores de Mitsuki.
— Es un placer poder conocerla, Shiona-sama — respondí tras una reverencia mientras miraba de reojo que las chicas hicieran lo propio.
— Chicas, decírselo vosotras
—Eso parece, espero que no las olvides tú—
— ¡Oh, vamos! No soy nadie para burlarme de Shiona, lo haré con gusto
Seguía mostrando una actitud divertida y con cierto bromismo. La verdad es que me sentía feliz y a gusto al lado de aquellas dos chicas. En ambos casos, hacía muchos meses que no nos habíamos cruzado y sin darme cuenta la peliazul ya estaba repiqueteando la madera con sus nudillos, mientras tanto mis manos reposaban en los bolsillos de los pantalones hasta que recibimos la orden de acceder al interior de la estancia.
La puerta se abrió y los 3 entramos sin pensárnoslo demasiado.
—Buenos dias, Hyuga Mitsuki, Mizumi Eri y Sasagani Yota. ¿En qué os puedo ayudar?
Allí estaba la pelirroja más famosa de todo Uzushiogakure al lado de un gran ventanal que ofrecía una de las mejores vistas de la aldea. Sus ojos púrpuras fueron examinando a todos nosotros, uno tras otro, mientras aguardaba por una respuesta que, muy seguramente, ya estaría esperando.
Recordé las palabras anteriores de Mitsuki.
— Es un placer poder conocerla, Shiona-sama — respondí tras una reverencia mientras miraba de reojo que las chicas hicieran lo propio.
— Chicas, decírselo vosotras
Narro ~ Hablo ~ Pienso ~ Kumopansa