8/07/2016, 17:43
Tampoco perdió tiempo el médico en anunciar el típico que aproveche, el típico grito de guerra que daba comienzo a la carnicería en que se convertiría esa suculenta batalla contra el azúcar. Cada cuál con su postre, ambos comenzaron el ataque furtivo sin miramiento alguno. La prioridad era disfrutarlo, y aunque habían comenzado el ataque como bestias hambrientas, terminaron disfrutando el sabor del primer bocado. Pararon por un instante, momento que aprovecharon para comentar lo que opinaban sobre el postre.
Katomi continuó con su preciado e inesperadamente sabroso postre. La nata crujía con la simple pasada de la cucharilla, mientras que el flan parecía un trozo de cielo. Sin duda alguna, era un postre artesanal de muy alta calidad. Era sorprendente que el postre pudiese tener ese terrorífico tamaño y no escasear en sabor. Una obra de arte, una auténtica obra maestra.
—Creo que ha sido una buena decisión el seguir aquí para tomar el postre. Éste flan sabe a gloria...
No cabía a pensar en lo bueno que podrían haber estado los profiteroles, pero sin duda alguna éste postre no quedaba mucho mas atrás en cuanto a expectativa de sabor. Por muy ricos que hubiesen llegado a estar los profiteroles, lo tendrían reñido en comparativa a este enorme flan de huevos.
Entre tanto, la chica continuaba deleitándose en el sabor del dulce flan. Disfrutando cada pequeña cucharada, aunque a un ritmo que quizás llegase a tardar un par de años en acabar con el postre. Diantres, no se había alejado mucho al pensar que con esa cucharilla la batalla sería eterna...
—Sigo pensando que ésta cuchara es demasiado pequeña... así no voy a terminar el postre hasta que cierren la tienda... jajajaja.
Katomi continuó con su preciado e inesperadamente sabroso postre. La nata crujía con la simple pasada de la cucharilla, mientras que el flan parecía un trozo de cielo. Sin duda alguna, era un postre artesanal de muy alta calidad. Era sorprendente que el postre pudiese tener ese terrorífico tamaño y no escasear en sabor. Una obra de arte, una auténtica obra maestra.
—Creo que ha sido una buena decisión el seguir aquí para tomar el postre. Éste flan sabe a gloria...
No cabía a pensar en lo bueno que podrían haber estado los profiteroles, pero sin duda alguna éste postre no quedaba mucho mas atrás en cuanto a expectativa de sabor. Por muy ricos que hubiesen llegado a estar los profiteroles, lo tendrían reñido en comparativa a este enorme flan de huevos.
Entre tanto, la chica continuaba deleitándose en el sabor del dulce flan. Disfrutando cada pequeña cucharada, aunque a un ritmo que quizás llegase a tardar un par de años en acabar con el postre. Diantres, no se había alejado mucho al pensar que con esa cucharilla la batalla sería eterna...
—Sigo pensando que ésta cuchara es demasiado pequeña... así no voy a terminar el postre hasta que cierren la tienda... jajajaja.