10/07/2016, 03:30
A pesar de que habían estado diciendo y hablando de todo un poco, la kunoichi no se había olvidado de las palabras de sabiduría ancestral que había dicho Mogura ni les había prestado menos atención por sonar de una forma un tanto no tan ancestral. Katomi completaría la frase del muchacho con un resultado positivo y entonces este le regalaría una pequeña sonrisa.
Siguieron comiendo un poco, avanzando en el campo de batalla contra los postres con una cuchara pequeña como única arma y una cantimplora llena de té verde, no sería una batalla sencilla ni tampoco sería una batalla corta, pero se notaba que ambos luchaban con energía y sobre todas las cosas, con una sonrisa en el rostro.
Katomi interrumpiría nuevamente el silencio, como lo había hecho antes y como también lo había hecho el shinobi de cabello azabache. Sus labios dejarían escapar una pregunta para su compañero de mesa, sobre la existencia de algún punto en particular para realizar la compra de su próximo paraguas.
Pues...
A Mogura no le faltaba ni tampoco le faltaría nunca el dinero, podría comprar un muy buen paraguas sin sufrirlo demasiado, pero simplemente gustaba de algo simple y no muy llamativo, algo que no resalte del resto.
No realmente... creo que cualquier lugar puede ser bueno, solo es un paraguas. Creo que todavía no estoy interesado en un paraguas con un lanzador de senbon.
Si Katomi tenía a mano una libreta, podría llevarse una idea para una patente muy pero muy interesante, un paraguas que te protegería de la lluvia y además de algún loco en la calle. Claro que el joven Manase solo lo decía en broma pero no sería muy disparatado para un ninja que todos los días llevaba un paraguas pensar formas diferentes de combinarlo con armas, cosas de una mente creativa.
Siguieron comiendo un poco, avanzando en el campo de batalla contra los postres con una cuchara pequeña como única arma y una cantimplora llena de té verde, no sería una batalla sencilla ni tampoco sería una batalla corta, pero se notaba que ambos luchaban con energía y sobre todas las cosas, con una sonrisa en el rostro.
Katomi interrumpiría nuevamente el silencio, como lo había hecho antes y como también lo había hecho el shinobi de cabello azabache. Sus labios dejarían escapar una pregunta para su compañero de mesa, sobre la existencia de algún punto en particular para realizar la compra de su próximo paraguas.
Pues...
A Mogura no le faltaba ni tampoco le faltaría nunca el dinero, podría comprar un muy buen paraguas sin sufrirlo demasiado, pero simplemente gustaba de algo simple y no muy llamativo, algo que no resalte del resto.
No realmente... creo que cualquier lugar puede ser bueno, solo es un paraguas. Creo que todavía no estoy interesado en un paraguas con un lanzador de senbon.
Si Katomi tenía a mano una libreta, podría llevarse una idea para una patente muy pero muy interesante, un paraguas que te protegería de la lluvia y además de algún loco en la calle. Claro que el joven Manase solo lo decía en broma pero no sería muy disparatado para un ninja que todos los días llevaba un paraguas pensar formas diferentes de combinarlo con armas, cosas de una mente creativa.