10/07/2016, 12:16
No pudo evitar el llevarse una mano a la oreja para acariciarla después de haber sido maltratada por el fuerte sonido alias "voz" emitido por la señora. Eso y que le fastidió también el ruido provocado por un extraño mueble de madera que había en el aquel sitio. Era de madera, sonaba como si lo estuvieran aserrando. ¿Que hay de malo si era madera que sonaba a madera? Fácil, que no debería estar haciéndolo sola.
"Será algun sillón automatico amegakuriense de esos importados, quizá esté defectuoso"
Volviendo al asunto de los gritos, el Takanashi no tenía la intención de moverse del sitio. El Tatsuya de ahora no era tan dócil como el de antes, no iba a dejar que lo mandonearan sin razón alguna.
—Mire, señora. Nosotros vinimos aquí respetuosamente, así que le agradecería que no nos gritase porque nosotros no le hemos venido a gritar a usted— Le reclamó.
La Yotsuki entonces apoyó su mano en el escritorio para imponer presencia en el lugar, nuevamente le expuso sus motivos a la recepcionista y le pasó la bola con la mirada al Takanashi. A decir verdad, él con todo y su estricto código de conducta no es bueno en eso de negociar, malas a experiencias a pasado por eso. Aún así se vió en la obligación de interceder, lo más protocolariamente que pudo.
—Sí Kawakage-sama no se encuentra aquí podría ir a donde quiera que fuese necesario para avisarle de que hemos venido a hablar con él, nosotros esperaremos el tiempo que sea necesario— Le exigió.
Trató de no sonar pedante, ya le ha pasado factura en otras ocasiones. Sin embargo, no era por ser pesimista, pero algo le decía que esa anciana no se iba a dejar convencer con facilidad y menos por dos miserables genins como ellos. En caso de que la veterana siguiese negándose a atenderlos tenía un as bajo la manga para intentar hacerla cambiar de opinión, aunque en el fondo esperaba no tener que recurrir a ello.
"O lo arreglo o lo arruino más"
"Será algun sillón automatico amegakuriense de esos importados, quizá esté defectuoso"
Volviendo al asunto de los gritos, el Takanashi no tenía la intención de moverse del sitio. El Tatsuya de ahora no era tan dócil como el de antes, no iba a dejar que lo mandonearan sin razón alguna.
—Mire, señora. Nosotros vinimos aquí respetuosamente, así que le agradecería que no nos gritase porque nosotros no le hemos venido a gritar a usted— Le reclamó.
La Yotsuki entonces apoyó su mano en el escritorio para imponer presencia en el lugar, nuevamente le expuso sus motivos a la recepcionista y le pasó la bola con la mirada al Takanashi. A decir verdad, él con todo y su estricto código de conducta no es bueno en eso de negociar, malas a experiencias a pasado por eso. Aún así se vió en la obligación de interceder, lo más protocolariamente que pudo.
—Sí Kawakage-sama no se encuentra aquí podría ir a donde quiera que fuese necesario para avisarle de que hemos venido a hablar con él, nosotros esperaremos el tiempo que sea necesario— Le exigió.
Trató de no sonar pedante, ya le ha pasado factura en otras ocasiones. Sin embargo, no era por ser pesimista, pero algo le decía que esa anciana no se iba a dejar convencer con facilidad y menos por dos miserables genins como ellos. En caso de que la veterana siguiese negándose a atenderlos tenía un as bajo la manga para intentar hacerla cambiar de opinión, aunque en el fondo esperaba no tener que recurrir a ello.
"O lo arreglo o lo arruino más"