10/07/2016, 17:13
¿Un shinobi renegado de Ame…? Pero, ¡qué cojones le pasa a esta ciudad! Ya no estaba tan seguro de querer alojarse allí, aunque después de todo por lo que había pasado… ¿Acaso podían empeorar las cosas? El Uchiha lo dudaba bastante.
Siguió a Anzu por las calles, escuchando el resto de la explicación sobre el nombre de las Tres Mentiras. Eran dos explicaciones curiosas. El Uchiha siempre se sorprendía con las historias que había tras cada apodo. A veces simples, otras irónicas y, en ocasiones, con una pequeña historia como aquella. Y siempre, como denominador común, interesantes.
—Sintiéndolo mucho por el dueño, prefiero la segunda opción —comentó, cuando salieron a una calle más amplia y mejor iluminada. Seguía resultando lóbrego, pero al menos uno podía ver a más de dos palmos de su posición, y eso siempre era de agradecer.
—Oye... —Como el segundo anterior a una caída, Datsue ya sabía qué vendría a continuación: el dolor—. Vaya cogida lo de tu viejo, ¿eh? Bien callado que te lo tenías. Menuda bestia, ¿de dónde coño ha salido?
—No es mi viejo —dijo, más cortante de lo que hubiese pretendido—. Alguien que te abandona al año de edad no puede considerarse así. Él solo es… Bueno, un tipo con el que comparto ciertos genes, supongo… —se sorprendió al pensar en él. Se sorprendió al preocuparse por él. ¿Estaría vivo? ¿Lo habría matado Katame? Chasqueó la lengua y frunció el ceño. Aquel canalla no se merecía que malgastase sus pensamientos en él—. La última vez hizo lo mismo —añadió, respondiendo a su pregunta—. Apareció y se esfumó a los pocos segundos. Aunque al menos aquella vez me dejó algo —sus dedos sacaron al exterior el collar que llevaba oculto bajo la yukata, un collar con una figura que representaba al Baku, una criatura mitológica con cabeza y melena de león, trompa y colmillos de elefante, cuerpo de caballo, piernas y pezuñas de tigre y cola de vaca. Era oscura como el ónice, salvo por sus ojos, rojos y con la forma del Sharingan—. Pensaba en venderlo. Seguro que me dan una pasta por esto. Todavía no sé porque lo mantengo…
Siguió a Anzu por las calles, escuchando el resto de la explicación sobre el nombre de las Tres Mentiras. Eran dos explicaciones curiosas. El Uchiha siempre se sorprendía con las historias que había tras cada apodo. A veces simples, otras irónicas y, en ocasiones, con una pequeña historia como aquella. Y siempre, como denominador común, interesantes.
—Sintiéndolo mucho por el dueño, prefiero la segunda opción —comentó, cuando salieron a una calle más amplia y mejor iluminada. Seguía resultando lóbrego, pero al menos uno podía ver a más de dos palmos de su posición, y eso siempre era de agradecer.
—Oye... —Como el segundo anterior a una caída, Datsue ya sabía qué vendría a continuación: el dolor—. Vaya cogida lo de tu viejo, ¿eh? Bien callado que te lo tenías. Menuda bestia, ¿de dónde coño ha salido?
—No es mi viejo —dijo, más cortante de lo que hubiese pretendido—. Alguien que te abandona al año de edad no puede considerarse así. Él solo es… Bueno, un tipo con el que comparto ciertos genes, supongo… —se sorprendió al pensar en él. Se sorprendió al preocuparse por él. ¿Estaría vivo? ¿Lo habría matado Katame? Chasqueó la lengua y frunció el ceño. Aquel canalla no se merecía que malgastase sus pensamientos en él—. La última vez hizo lo mismo —añadió, respondiendo a su pregunta—. Apareció y se esfumó a los pocos segundos. Aunque al menos aquella vez me dejó algo —sus dedos sacaron al exterior el collar que llevaba oculto bajo la yukata, un collar con una figura que representaba al Baku, una criatura mitológica con cabeza y melena de león, trompa y colmillos de elefante, cuerpo de caballo, piernas y pezuñas de tigre y cola de vaca. Era oscura como el ónice, salvo por sus ojos, rojos y con la forma del Sharingan—. Pensaba en venderlo. Seguro que me dan una pasta por esto. Todavía no sé porque lo mantengo…
¡Agradecimientos a Daruu por el dibujo de PJ y avatar tan OP! ¡Y a Reiji y Ayame por la firmaza! Si queréis una parecida, este es el lugar adecuado