12/07/2016, 01:10
Por primera vez desde su largo retiro volvería a partir de casa. No había pasado mucho tiempo, eso era verdad, pero las ganas de aventurarse nuevamente en el mundo shinobi eran demasiado grandes como para contenerse. Fueron unos días calmos los que habitó en su casa en los llanos de los alrededores de Amegakure, días que a pesar de la lluvia se la hacían cálidos por su larga temporada en el nevado norte de su país.
El calvo estaba comenzando a cambiar tras ese viaje. Él mismo se podía sentir un poco más maduro y capaz de sus habilidades, dejaba de lado la inocencia para convertirse paso a paso en el shinobi que buscaba ser. Y tras ese proceso todavía sin terminar se embarca a la mar con dirección sur.
En una pequeña embarcación de madera con dos mercantes de gran carisma se dirigía al País de la Espiral tras escuchar varios rumores en el puerto de su país. Las islas del archipielago conocido como "Islas del Té" contenían a un grupo de gente dedicado a hacer actividades ilegales con animales. Justo animales.
El amor del cenobita por ellos era innegable y era imposible para él no actuar ante tal rumor. Podría no ser verdad, como todos los rumores existentes, pero Karamaru no podía dejar cosas a duda.
Tras risas e historias los tres hombres llevaron a un pequeño pedazo de tierra dentro de las aguas de baja profundidad. La Mediana Roja contenía una abundante vegetación y una gigante montaña central.
Dejen que ayude
Caja tras caja bajaron del barco para dejar toda la mercadería en tierra firme. Karamaru dejó una pequeña bolsa de ryos que en un principio no se quiso aceptar y que tras algunas insistencias se decidió por ceder y despedirse con un grato saludo.
Y si el calor se sufría en Amegakure ese lugar era el infierno. Un Sol radiante impactaba con sus rayos la nuca desnuda del shinobi que solo contaba con su portaobjetos y bolsa limitada de dinero. No había traído su abrigo ni, lamentablemente, su sombrero de paja. Pero sin perder tiempo arrepintiéndose hizo algunas preguntas a los residentes y se metió de lleno por la selva y su penumbra y oscuridad.
Siguiendo el cauce de un río rodeado de las sombras de los altos árboles el calvo trataba de encontrar el primer indicio que confirmase esos rumores que tanto había escuchado.
El calvo estaba comenzando a cambiar tras ese viaje. Él mismo se podía sentir un poco más maduro y capaz de sus habilidades, dejaba de lado la inocencia para convertirse paso a paso en el shinobi que buscaba ser. Y tras ese proceso todavía sin terminar se embarca a la mar con dirección sur.
En una pequeña embarcación de madera con dos mercantes de gran carisma se dirigía al País de la Espiral tras escuchar varios rumores en el puerto de su país. Las islas del archipielago conocido como "Islas del Té" contenían a un grupo de gente dedicado a hacer actividades ilegales con animales. Justo animales.
El amor del cenobita por ellos era innegable y era imposible para él no actuar ante tal rumor. Podría no ser verdad, como todos los rumores existentes, pero Karamaru no podía dejar cosas a duda.
Tras risas e historias los tres hombres llevaron a un pequeño pedazo de tierra dentro de las aguas de baja profundidad. La Mediana Roja contenía una abundante vegetación y una gigante montaña central.
Dejen que ayude
Caja tras caja bajaron del barco para dejar toda la mercadería en tierra firme. Karamaru dejó una pequeña bolsa de ryos que en un principio no se quiso aceptar y que tras algunas insistencias se decidió por ceder y despedirse con un grato saludo.
Y si el calor se sufría en Amegakure ese lugar era el infierno. Un Sol radiante impactaba con sus rayos la nuca desnuda del shinobi que solo contaba con su portaobjetos y bolsa limitada de dinero. No había traído su abrigo ni, lamentablemente, su sombrero de paja. Pero sin perder tiempo arrepintiéndose hizo algunas preguntas a los residentes y se metió de lleno por la selva y su penumbra y oscuridad.
Siguiendo el cauce de un río rodeado de las sombras de los altos árboles el calvo trataba de encontrar el primer indicio que confirmase esos rumores que tanto había escuchado.
"El miedo es el camino al lado oscuro. El miedo lleva a la ira, la ira al odio, el odio al sufrimiento, y el sufrimiento al lado oscuro"
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘
-Maestro Yoda.
◘ Hablo ◘ Pienso ◘