14/07/2016, 03:32
—¿Qué pretendes que haga? No tengo culpa de que solo trajeses ropa de mujer... No voy a meterme con lo que te guste vestir, pero ya eres mayorcito para prever que puedas necesitar otro tipo de ropa. Lo cuál me recuerda que no solo llevas ropa de mujer en las maletas... además tienes las manos bien largas. Si estás en ésta situación, es por tocar cosas que no debes tocar. ¿Acaso eres algún tipo de pervertido?
Haze escucho atento a la peliblanco, y casi se le cae la mandíbula cuando escucho lo que le dijo, aunque la situación sí que le hacía parecer tal cosa, estaba lejos de serlo.
— ¡No soy un pervertido!...Vengo de viaje con mi prima y supongo que ella ha saco toda mi ropa para meter sus cosas. — En aquel momento haze acertó, nunca tuvo que confiar en la rara amabilidad de Hana la cual se ofreció a hacerle la maleta esa mañana.
—No puedo creerlo… ¡esa desgraciada saco mi ropa para meter su basura! — Pensó mientras seguía alarmado, aunque no debía perder la calma o aquella peliblanco podría empeorar la situación.
—Mira… —dijo, con tono respetuoso Iba improvisando a medida que hablaba ya que no se le ocurría nada realmente sólido. — Si fuese un pervertido hubiese salido huyendo o que se yo, si me podrías guiar hasta una tienda de ropa o lo que sea, le dejaría en paz y me haría un gran favor, incluso le obsequiare otra cajetilla de cigarrillos para cerrar el trato. —
Sus habilidades de negociación eran un asco, pero en este caso lo decía con cierta seriedad ya que andar por ahí con ese agujero en los calzones sería demasiado vergonzoso, depositar sus esperanzas en aquella joven había sido como tirarse por un barranco.
Haze escucho atento a la peliblanco, y casi se le cae la mandíbula cuando escucho lo que le dijo, aunque la situación sí que le hacía parecer tal cosa, estaba lejos de serlo.
— ¡No soy un pervertido!...Vengo de viaje con mi prima y supongo que ella ha saco toda mi ropa para meter sus cosas. — En aquel momento haze acertó, nunca tuvo que confiar en la rara amabilidad de Hana la cual se ofreció a hacerle la maleta esa mañana.
—No puedo creerlo… ¡esa desgraciada saco mi ropa para meter su basura! — Pensó mientras seguía alarmado, aunque no debía perder la calma o aquella peliblanco podría empeorar la situación.
—Mira… —dijo, con tono respetuoso Iba improvisando a medida que hablaba ya que no se le ocurría nada realmente sólido. — Si fuese un pervertido hubiese salido huyendo o que se yo, si me podrías guiar hasta una tienda de ropa o lo que sea, le dejaría en paz y me haría un gran favor, incluso le obsequiare otra cajetilla de cigarrillos para cerrar el trato. —
Sus habilidades de negociación eran un asco, pero en este caso lo decía con cierta seriedad ya que andar por ahí con ese agujero en los calzones sería demasiado vergonzoso, depositar sus esperanzas en aquella joven había sido como tirarse por un barranco.