15/07/2016, 15:39
Ante sus pies se encontraba la oportunidad de lanzar un fósforo dentro de una piscina de gasolina, tan solo tenía que hacer un comentario tan simple y sería tomado como una completa ofensa a todo un linaje y una familia. Pero no lo hizo y probablemente no lo iba a hacer después.
El gusto es mío, Naomi-dono.
Junto a sus palabras respetuosas fue también una respetuosa reverencia.
La siguiente interrogante del muchacho de pelo blanco sería sobre las costumbres y tradiciones de Amegakure. Se le vinieron a la cabeza una serie de cosas que normalmente había escuchado de sus compañeros de academia, sobre como sus padres los hacían correr en la lluvia para que se acostumbraran al clima o cosas así.
La gente suele terminar acostumbrarse a que llueva todos y cada uno de los días, tanto así que un día donde no llueve es símbolo de mala suerte.
Contestó con serenidad una parte de la pregunta que se le había hecho. Un detalle a tener en cuenta era nadie decía nunca lo que pasaba cuando realmente llovía en Amegakure.
Llegado el Otoño se celebra la fiesta de los Deseos Ahogados, consiste básicamente en llenar una urna con deseos para pedirle a Amenokami, la urna es depositada en un barco en el lago, la forma del mástil atrae los rayos, pero para eso suceda tiene que haber tormenta, claro esta. El barco terminará siendo hundido por un rayo y dicen si se reza con mucha fuerza, los deseos se hacen realidad.
A medida que iba relatando en que consistía el evento que se celebraba en su aldea, gesticulaba con sus manos los diferentes objetos que eran involucrados en al festividad, como la urna, el bote, su peculiar mástil y terminaría juntando sus manos en la parte donde comentaba lo de rezar con fuerza.
¿En Uzushiogakure tienen fiestas como esa, Ishimura-dono?
Consultaría el joven de cabello azabache, devolviendole la pregunta a Kazuma.
El gusto es mío, Naomi-dono.
Junto a sus palabras respetuosas fue también una respetuosa reverencia.
La siguiente interrogante del muchacho de pelo blanco sería sobre las costumbres y tradiciones de Amegakure. Se le vinieron a la cabeza una serie de cosas que normalmente había escuchado de sus compañeros de academia, sobre como sus padres los hacían correr en la lluvia para que se acostumbraran al clima o cosas así.
La gente suele terminar acostumbrarse a que llueva todos y cada uno de los días, tanto así que un día donde no llueve es símbolo de mala suerte.
Contestó con serenidad una parte de la pregunta que se le había hecho. Un detalle a tener en cuenta era nadie decía nunca lo que pasaba cuando realmente llovía en Amegakure.
Llegado el Otoño se celebra la fiesta de los Deseos Ahogados, consiste básicamente en llenar una urna con deseos para pedirle a Amenokami, la urna es depositada en un barco en el lago, la forma del mástil atrae los rayos, pero para eso suceda tiene que haber tormenta, claro esta. El barco terminará siendo hundido por un rayo y dicen si se reza con mucha fuerza, los deseos se hacen realidad.
A medida que iba relatando en que consistía el evento que se celebraba en su aldea, gesticulaba con sus manos los diferentes objetos que eran involucrados en al festividad, como la urna, el bote, su peculiar mástil y terminaría juntando sus manos en la parte donde comentaba lo de rezar con fuerza.
¿En Uzushiogakure tienen fiestas como esa, Ishimura-dono?
Consultaría el joven de cabello azabache, devolviendole la pregunta a Kazuma.