16/07/2016, 15:02
(Última modificación: 16/07/2016, 16:42 por Uchiha Akame.)
Y allí estaba Anzu, justo quince minutos después, esperando pacientemente frente a las enormes puertas de madera que daban acceso y salida a la Villa Oculta de la Cascada. Llevaba a la espalda una pequeña mochila de color caqui, en la que había conseguido meter a toda prisa algo de comida y mucha agua. No esperaba que les fuese a llevar mucho tiempo alcanzar a Yubiwa, de modo que las provisiones —aunque escasas— debían ser suficientes. «Mejor llevar poco peso y movernos con más rapidez».
El Sol de Primavera ya empezaba a calentar, de modo que la Yotsuki se refugió bajo la sombra de un frondoso árbol. Acarició su corteza con la mano repleta de quemaduras y sintió el tacto áspero y el olor a madera. Sobre su cabeza, un pajarillo cantaba alegremente, guarecido en su nido.
—Antes muerta que dejar esta Aldea otra vez —masculló entre dientes, recordando al azar momentos de su sufrido año de viaje por Oonindo.
Lo tenía claro. Takigakure le había dado un hogar, un sueño, un motivo por el que luchar. Se sintió entonces peor por no haberle contado antes al Kawakage lo que había oído en los servicios del estadio aquel fatídico día... «Si termina sucediéndole algo a la Aldea por mi culpa, nunca me lo perdonaré...»
Cuando Tatsuya llegase, se pondrían en camino. Su destino era el camino que llevaba hasta el Puente Tenchi, y su objetivo, Senju Yubiwa.
El Sol de Primavera ya empezaba a calentar, de modo que la Yotsuki se refugió bajo la sombra de un frondoso árbol. Acarició su corteza con la mano repleta de quemaduras y sintió el tacto áspero y el olor a madera. Sobre su cabeza, un pajarillo cantaba alegremente, guarecido en su nido.
—Antes muerta que dejar esta Aldea otra vez —masculló entre dientes, recordando al azar momentos de su sufrido año de viaje por Oonindo.
Lo tenía claro. Takigakure le había dado un hogar, un sueño, un motivo por el que luchar. Se sintió entonces peor por no haberle contado antes al Kawakage lo que había oído en los servicios del estadio aquel fatídico día... «Si termina sucediéndole algo a la Aldea por mi culpa, nunca me lo perdonaré...»
Cuando Tatsuya llegase, se pondrían en camino. Su destino era el camino que llevaba hasta el Puente Tenchi, y su objetivo, Senju Yubiwa.